rocket ship [b.s]

X [Primera Parte]

Era temprano, muy temprano y sábado por la mañana. Quizás por eso se me ocurrió la loca idea de hacer galletas de chocolate incluso cuando nose ni como prender el horno. Papa se estaba yendo y Brandon aun dormía, si salían ricas o medianamente comibles le dejaría unas cuantas para el también. Creo que el hecho de mi madre no este comienza a afectarme.

Busque en Google la receta y antes de empezar revise la lista de ingredientes para ver si tenía todo, no quería estar en la mitad y tener que salir a comprar. Ni siquiera me quería sacar el pijama. Tenía el pelo en un rodete para que no tener que estar poniéndolo detrás de la oreja a cada rato. Comencé colocando la harina, después rompí los huevos y los mezcle para después ponerlo en el mismo recipiente en el que estaba la harina.

Esto es tan aburrido, seguí haciendo todo, paso por paso, pero creo que la parte a la que más quiero llegar es probarlas y ver qué tan feas me salieron, con un poco de suerte mañana solo estaremos pidiendo ir al doctor por el dolor de estómago.

-¿Intentas matarnos con comida?- Un dormido Brandon se presentaba en el final de la escalera.

-Cállate, me voy a bañar. Según Google esto debería estar en 25 minutos pero si sientes olor a quemado solo sácalas. Y vístete Brandon, das vergüenza.- Solo traía puesto su bóxer, lamentable para la vista de cualquier ser humano que posea el sentido de la vista.

Necesitaba un baño para sacarme esta cara de dormida y tener más tiempo después para arreglarme antes de que Jacob venga, ahora que lo pienso no había comida para el almuerzo. Esto de hacerme el ama de casa claramente no va conmigo.

-Hey, Jan- me di vuelta en dirección a mi hermano que me llamaba, acto seguido me tiro un puñado de harina en toda la cara.- Te quiero.

-¿Esta es tu forma de demostrar que me quieres?- Dije.

-Sí, no pensaras que te daré un abrazo.- me dijo como si yo hubiese dicho un sacrilegio.

-Oh no, descuida- tome un huevo rápidamente y se lo partí en la cabeza- Yo también te quiero.

Esto fue el fin de la casa limpia que había dejado mi madre: Harina, huevos, cacao, yo me trepaba en su espalda y hasta que no lo derribaba no paraba, corríamos por toda la casa como cuando éramos chicos. Brandon quiso tirarme con las chispitas de chocolate pero ¿Todos tenemos un límite, no es así? Bueno el mío era las chispitas de chocolate, no las compraba para ponerlas en una torta o en un cupcake como la gente normal simplemente me las comía. Así sueltas, solas. Era lo mejor.

Timbre. Por Dios que a mama no se le haya ocurrido volver antes. Brandon abrió.

-Hey tú, ¿tocaste el timbre?-  Mi hermano hablaba como si fuese todo un camionero. Lo siento por esta comparacion señores camioneros, no se lo merecen.

Alguien se alejaba de la puerta, lucia ropa deportiva. Oh, ya sé quién es.

-Podría reconocer esos rulos a kilómetros.- dije y el inmediatamente se dio vuelta con una sonrisa que se le borro en segundos.

-Em yo- el pobre comenzó a tartamudear y fue ahí cuando me di cuenta de lo que estaba viendo- Mejor me voy.

Creo que debería pagarle el psicólogo de por vida a Bradley luego de la imagen traumática que vio: Brandon en bóxer, yo en pijamas. Ambos totalmente sucios. Pobre chico, mínimo le debo mi amistad para toda la vida.

-¿Qué, no? Nose quien eres pero entra, con suerte Janel se agarraría contigo y me dejara bañarme.- Dijo.

-Es un pervertido bilingüe.- Me defendí.