Se lo merece

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Finalmente. Llevaban meses planeando esta broma y finalmente Issidora la vería cobrar vida.

Han pasado un par de días desde el incidente en la biblioteca. Snape siempre le había causado cierto disgusto a la pelirroja, independientemente de la rivalidad de este con su hermano, pero en cuanto se metió con Idonny, quien es, junto a Cal, su mejor amiga, y Remus, a quien le tiene un tremendo cariño, el Slytherin cayó de la poca gracia que le tenía. 

Ahora la pelirroja está sentada junto a Maya y se sirve patatas intentando no lanzar demasiadas miradas nerviosas hacia los Merodeadores o hacia la mesa de Slytherin. En cambio, intentaba concentrarse en la mesa de Ravenclaw, donde Lupin se veía más seria de lo normal, y en la de Hufflepuff, donde Liv platicaba con un chico aquel chico del que siempre habla, Joshua, ambos ajenos a lo que sucedería en cualquier momento.

Usualmente las prismas planeaban las bromas las seis juntas, pero esta es una excepción. Snape es un conflicto bastante personal, o al menos eso cree Issy. 

Entonces se escucha cierto bullicio en la mesa de Slytherin, el cual sube de volumen conforme una transformación grotesca toma lugar entre los estudiantes. 

Esto llama la atención de todos. y en cuestión de segundos, donde antes estaba sentado Severus Snape, ahora se encuentra una réplica del profesor Slughorn, pues el original está sentado en la mesa de profesores observando con los demás la conmoción.

Entonces hay silencio. 

Un silencio que Sirius rompe con una carcajada. A la cual, a pesar de todo pronóstico, se le une la del Slughorn verdadero, antes de que le siga la de James, la de Gryffindor y, pronto, el comedor entero se burla de Quejicus a excepción de un par de profesores y Idonny, quien observaba la escena con una inquietante seriedad. Issy jura que puede percibir el odio en su mirada. 

—¡Potter, Black, Lupin y Pettigrew! ¡A mi oficina! 

—¡Pero nosotros no hemos sido, profesora! —exclama de manera nada convincente Canuto sin dejar de reírse.

—En ese caso se ve muy contento, Black.

—¡Es que... —se interrumpe entre risa y risa— quien sea que haya hecho esto... es un maldito genio!

Eso hace que el comedor vuelva a estallar en carcajadas. Snape/Slughorn se revuelve molesto en su asiento. 

Sin poder evitarlo, Issy se yergue orgullosa. Aunque nunca lo admitiría, admira mucho a los Merodeadores y los considera los mejores bromistas que ha tenido Hogwarts hasta ahora. No puede evitar que la alegría la inunde ante el cumplido. 

Este gesto le pasa desapercibido a todos menos a su hermano, quien a señala a la vez que exclama asombrado.

—¡Han sido ustedes! ¡Tú, Cal e Iddy! 

Todo el comedor se calla ante la acusación. La menor de los Potter se paraliza ante la declaración de su hermano. Afortunadamente ahí también están Calipso y Idonny.

Se escuchan risas de la Slytherin y la Ravenclaw. 

—¿Inculpándonos, James? Has caído bajo —comenta la castaña. 

—Pff... si ¿Nosotras? —se burla la de ojos grises. 

James las mira perplejo. Ahora está completamente seguro de que fueron ellas. Pero parece que McGonagall les cree a las chicas, pues vuelve a dirigir su mirada hacia los Merodeadores.

—A mi oficina. Ahora.

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—Estoy seguro de que fueron ellas. —rezonga James por tercera vez mientras barren una de esas aulas sin más uso que de almacenes para cosas inútiles.

Al menos pueden hacer su castigo para nada merecido los cuatro juntos.

—Tambien yo, Idonny estaba rara —coincide el licántropo acomodando un par de mesas en una esquina— ¿Pero por qué?

—¿Qué no es obvio? —señala Black con una enorme sonrisa. Se encuentra recargado contra una pared viendo como los otros tres trabajan— La batalla de bromas. El punto es no ser atrapados ¿Cierto? Díganme quien más humillaría a Quejicus en público además de nosotros. ¡Fue perfecto! Entretenido y perfecto.

—Pareces demasiado contento —se queja Pettigrew guardando varios libros en una estantería.

—Es porque no está haciendo nada, Pete. —señala molesto James antes de arrojarle la escoba a su mejor amigo— Que falta de respeto para las escobas.

—Pero aún así... —comenta Remus pensativo— ¿Por qué ahora? ¿Por qué Snape? Liv estaba teniendo problemas con unos chicos de Slytherin el otro día...

—¡No importa la razón! —reclama James— Por su culpa ahora estamos aquí. Remus ¿No te duelen los brazos? No deberías arrastrar muebles. 

El castaño hace una mueca ante la mención. Le molesta que sus amigos saquen al tema sus precuelas o secuelas de la luna llena. Aunque si, joder, claro que le dolían los brazos, pero ni de chiste lo iba a admitir.

—No te metas, Cornamenta. 

—Parece que alguien anda con humor de perros —bromea Sirius. 

Remus pone los ojos en blanco mientras que Peter suelta una risita.

—¡Venga chicos! Esto es una batalla de bromas, tenemos que vengarnos. 

—¿Vengarnos?

—¡Si! ¿O acaso quieren que llevar castigos ajenos se vuelva algo recurrente?

—Estas desvariando James. —Lupin se cruza de hombros antes de suspirar— ¿Qué tienes en mente? 

El de ojos avellana sonríe y se frota las manos. Esto va a ser épico. 

Entre todos los coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora