¡Es mi hermana!

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James da vueltas en su cama, cosa que le extraña, pero no del todo. 

Ha vuelto a casa para las vacaciones de navidad, al igual que sus amigos. Usualmente cuando regresa a casa no tiene problemas para descansar, pero esta vez es diferente.

Intenta convencerse de que no es debido al chico que duerme en la habitación de a lado, pero muy en el fondo sabe que necesita hablar con Black.

Se levanta y no se molesta en tomar sus lentes, los deja en la mesita de noche mientras camina descalzo hasta la habitación de su amigo. 

Entra a la estancia sin tocar, como ha hecho ya miles de veces, a diferencia de que esta navidad, en lugar de haber tres chicos riendo o intentando dormir, solo hay uno tumbado boca arriba en la cama observando el techo.

—Oye, Canuto —titubea el de ojos castaños.

—¿Cornamenta? —Sirius levanta la cabeza, sorprendido de verlo a estas horas de la noche a pesar de que el tampoco estaba durmiendo. 

—Tenemos que hablar.

Ambos chicos se sientan en la cama, uno más serio que el otro. 

—¿Hay monstruos debajo de tu cama, James? —bromea el aristócrata intentando borrar la mueca preocupada de su amigo.

—Sirius, esto es en serio. 

Ante eso el aludido elimina su sonrisa. Potter se pasa la mano por el cabello antes de seguir hablando. 

—Mira, Sirius, eres mi mejor amigo, sabes que te estimo mucho a ti y a Cal. Es solo... últimamente he estado descubriendo un par de cosas... puede sonarte muy cursi, pero he encontrado un fuerte sentimiento que-

—James —le interrumpe el perro—, me alagas, pero, con todo respeto, si fuera a salir con un chico preferiría a Remus antes que a-

—¿Qué? ¡No! —sin poder evitarlo, el ciervo estalla en risas— ¡No, idiota! Tu hermana, me gusta tu hermana. 

Tras escuchar esto, el de ojos grises se une a las risas con ganas. 

—¡Ja! Esa la hubieras hecho antes de toda la farsa de su relación...

—Es que ya no quiero que sea una farsa. —murmura James abrazando sus rodillas contra su pecho— Sirius, me gusta Lily, es muy linda e inteligente, pero es que cuando estoy con Calipso todo se siente tan... diferente. Ella es genial, divertida, lista, valiente y una bromista de lo mejor. Ella me ha enseñado a que me valoren por mí mismo. Y... —vacila antes de declarar lo siguiente, pero cuando lo hace, lo hace con determinación— Si Lily no aprende a valorarme por como soy, tendré que olvidarme de ella. 

Parece que a Sirius le han tirado encima un balde de agua fría. Se congela un momento, sin saber como reaccionar ante tal confesión. Quiere decirle muchas cosas a su amigo, pero lo primero que sale de sus labios es...

—Es mi hermana.

—¡Lo sé! Por eso quería hablar contigo.

—Te gusta mi hermanita. Mi hermanita dos años menor que tú. —hace una pausa, aún procesando la información— ¡Eres mi mejor amigo y ella es mi hermana! 

—¡Lo sé, Sirius! Pero en verdad la amo.

—¿Y cómo estas tan seguro? —resopla Black algo molesto— Pues hace una semana estabas bastante seguro de que amabas a Evans, ¿Y ahora Calipso? ¿Y cómo sabes que ella no está jugando contigo? James es una mala idea, y detesto ser yo quien diga que algo es una mala idea, pero aquí dos personas que quiero mucho pueden salir gravemente heridas.

—Te prometo que no va a a pasar...

—¿Y qué si ella no puede? —exclama Sirius.

—¿A qué te refieres? 

Al ver como su mejor amigo enmudece y frunce el ceño, el ciervo vuelve a insistir.

—¿A qué te refieres con eso? 

—Le están buscando esposo. Están viendo con quien comprometerla que les convenga a los cerdos de mis padres. Ella no tiene derecho a opinar.

James se sorprende. ¿Acaso eso aún es posible? ¡Por favor! Están en pleno 1975. No podían hacerle eso a una niña... ¿O si?

—No voy a permitirlo. —suelta.

—¿Acaso crees que a mí me gusta ver a mi hermanita con un hombre del doble de su edad? No podemos hacer nada.

El de ojos cafés guarda silencio, pero no porque la actitud de derrota de su mejor amigo se le haya contagiado, sino porque, debajo de esa mata de cabello negro despeinado, su cerebro trabaja a toda velocidad. Debe haber una solución. Debe de...

—¿TE GUSTA MI MEJOR AMIGA? 

Ambos chicos se sobresaltan cuando algo abre la puerta de una patada. Una silueta de baja estatura con la cabeza deforme, la piel verde y ropa transparente irrumpe en la habitación totalmente exaltada.

A James le toma un momento darse cuenta que eso es su hermanita.

—¡Issidora! ¡Toca antes de entrar! 

—¡¿Issy?! —exclama Sirius sin ocultar su sorpresa— ¡¿Qué te pasó?!

—¿Te gusta Calipso?

—¿Estabas escuchando? ¡Te he dicho que no hagas eso! 

—¡Por Merlin, James! ¡Eres muy ruidoso! ¡Hasta mis padres escucharon que te gusta Cal! 

—¡Bueno ya para con eso! —reclama el mayor de los hermanos— ¿O ves que yo voy gritando a todo pulmón que te gusta Remus?

—¡¿Te gusta Remus?! —Sirius no puede con la emoción— ¿Nuestro Remus? Lo lamento Issy, pero ese chico es mío. 

—¿Q-qué...?

Eso basta para que ambos chicos se partan de la risa. Pero solo es necesario un momento para que el mayor de los hermanos Black recupere la compostura y comience a hablar con aire solemne.

—Si quieres  salir con Remus John Lupin, primero necesitaras nuestra aprobación.

—Así es. —coincide James, imitando la postura de su amigo— Como Merodeadores somos una familia, todos para uno y uno para todos, Issy. Y no importa que seas mi hermanita, si descubrimos que no eres buen partido para Lunático, tendrás que alejarte de él.

La pelirroja al oír esto se cruza de brazos y alza una ceja, escéptica. 

—Oh cállate James, tú no estás en posición para hablar sobre amigos y relaciones amorosas. 

El aristócrata suelta una risita mientras que el moreno se sonroja furiosamente.

—¿Sabes qué, Issidora? Canuto ya tiene sueño. Ven, dejémoslo descansar. —suelta el de ojos castaños con la intención de terminar esta ridícula e incómoda conversación.

Eso puede con el aludido, quien ríe con ganas ante el hecho de que James se refiera a él como un bebé. 

La chica igual ríe, pero cede y ambos salen de la habitación, dejando que Sirius descifre como respirar con normalidad. 

Entre todos los coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora