4to año de Hogwarts. Las cosas no pueden empeorar.

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Idonny mira los árboles moverse por la ventanilla del tren, ignorando el nerviosismo de sus compañeros de compartimento. Su hermano y sus amigos hablan en voz baja en tonos preocupados. Issy está extrañamente callada. 

Despega su mirada de la ventana y esta se encuentra de inmediato con la de Regulus. Se mantienen la mirada un momento, teniendo una conversación silenciosa, antes de apartarla nuevamente. 

No parecía que los chicos fueran  a una boda. 

Idonny sabía que a ninguno de los hermanos de Cal les gustaba la idea de su matrimonio con Bartemius Crouch Jr. Sin embargo, a una semana del evento, quedaba poco por hacer. 

Le sorprendió que el segundo de los hermanos Black hubiera querido acompañarlos en su viaje de Hogwarts a casa, puesto que solía evitar que lo viesen con alguno de ellos. 

Pero a la menor de los Lupin le agradaba el chico; a uno le cuesta imaginarse que detrás de esa máscara de seriedad e imponencia podría haber un chico amable y risueño, con una visión más allá de lo que sus padres creen que ve y el peso de la impotencia en los hombros. 

Idonny vuelve a mirar a la ventanilla, preguntándose sobre cómo se sentirá su amiga.

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Cal quiere salir de aquí. Quiere quitarse ese pesado vestido. Quitarse el elaborado maquillaje. Deshacer el complicado peinado. Pero sobre todo, quiere decirle a Barty que no quiere casarse con él.

Así que se obliga a respirar y a no pensar en nada. A su madre nunca le gustó que pensara demasiado. 

Todos la esperaban en el enorme jardín de la Casa Black. Desde sus padres y sus dos hermanos, por sorprendente que pareciera, hasta aquel chico morendo de lentes al que realmente le pertenecía su corazón. 

Sabía que pensar en James justo antes de casarse con otro estaba mal. Sin embargo, dejó que la imaginación fluyera mientras que se inventaba su propio escenario en la cabeza. 

Camina hacia el altar y la ceremonia comienza. Imagina que este es el mejor día de su vida. Se concentra en el cariño que le tiene a cada uno de sus primas, aunque este pueda ser poco, ya que ellas lucen sus vestidos idénticos de color gris, como sus damas de honor. 

Mira a Regulus, e intenta ignorar el gesto perturbado de su hermano mientras camina junto a él. 

Le dedica una pequeña sonrisa a sus amigas, las cuales increíblemente fueron requeridas. Idonny se ve pálida y el rostro ensombrecido de Issy hace que parezca que se encuentra en un velorio. 

Y finalmente mira al altar, donde lo espera él. Pero por un momento sus ojos no ven al chico rubio con quien debía casarse, sino a James Potter, esperándola con su cálida sonrisa ladina, ansioso por pasar el resto de sus días con ella. 

La emoción ante esa idea es tan fuerte, que se permite sonreír. Sin embargo, un segundo después, la imagen de James se había ido, ahora solo quedaba Barty y unos cuantos pasos. 

No puede evitar sentirse algo decepcionada. Entonces recuerda su lugar dentro de la Noble Casa Black.

Baja la mirada por el resto de la ceremonia. Solo habla cuando tiene que hablar. Cuando finalmente se da cuenta, Barty la está besando, y ahora es su esposa. 

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Cal no sabe si hubiera preferido realmente pasar la noche con Barty a lo que sucedió en realidad. 

Después de la ceremonia y la fiesta, sus padres disculparon a los recién casados antes de hacerlos usar un traslador. 

Calipso nunca imaginó que en realidad la llevaban a un nido de mortífagos.

Sentía una especie de deja vú. Su madre arreglándola, vistiéndola en un vestido de bodas negro, al igual que la túnica de los presentes. El camino al altar, pero ahora la fantasía de James no se hizo presente. Y los mismos votos de esa mañana, pero declarados hacia Lord Voldemort, quien perturbadoramente oficiaba la ceremonia. 

Cal no se sentía segura en este lugar. Sabía que su compromiso era algo turbio, pero nunca se imaginó que se tratara de algo tan oscuramente retorcido como para involucrar al Señor Tenebroso.

Fue entonces cuando comprendió. Su vida estaba a punto de irse a la fregada.


Entre todos los coloresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora