dos; monumental

13K 746 347
                                    



Después de estar horas viendo que fotos enviarle al canudo pude mandárselos y me respondió que les habian encantado. One point para mí, así que por ahora estaba contratada, se puede decir orgullosa de mi y que hoy se come.

— Buenas tardes Elo ¿Cómo estás?.— era el canudo.

Me encontraba nuevamente en el estadio. Hoy ya tocaba el trabajo duro suponía. Era mi primer partido.

— ¡Hola!— digo alegre.— Estoy un poco emocionada, nunca me tocó estar en esta situación.— me sincero.

— Me alegra saber eso.— hace una pausa.— Te mando para los vestidores asi le sacas fotos a las camisetas.

Le digo que sí, y me empiezo a dirigir hacia los vestidores.

Mientras caminaba por los largos pasillos escuchaba el sonido de las personas que ingresaban cantando para esperar el partido, todo era un ambiente muy eufórico.

Llego a los vestidores y observo como todo se encontraba perfectamente acomodado. Varias fotos de distintos jugadores adornaban el lugar. El utilero que se encontraba ahí se despide y empiezo a sacarle fotos a todas las camisetas, hasta que de la nada el foco se va y no logro enfocarlo bien.

— Sos una mierda.— insulto a la cámara.

Ya tenía sus años y necesitaba cambiarla por una actual.

Saco mi ojo de la cámara y veo al del pelotazo y a dos más sin camiseta mirándome atentamente.

Estaba sintiendo el calor subir por mis mejillas.

— Hola.— dicen los dos chicos alegremente.

— Hola.— hablo nerviosa.— Los dejo para que se cambien.

— ¿Terminaste?.— escucho decir al que casi me hace mierda la cámara.

— Sí.— respondo mirando la cámara.

— Se ve que andabas renegando.— me dice uno de los chicos sonriente.

— Si, ya tiene sus años.— río nerviosa.— Los dejo... ¡Exitos!.— me despido rápido.

Salgo de ahí ya con las fotos y empiezo a dirigirme hacia el tunel.

Ya en el campo me dijeron que vaya en la parte donde estaba el cuerpo técnico para sacar mas fotos.

Si el estadio ya era hermoso sin nadie, con todas las personas adornando con sus camisetas color blanco y rojo era increíble.

Comenzó el partido, empezó el caos. La cancha era inmensa e iba para todas partes para sacar las fotos, quería lucirme la verdad.

Todos cantando sus canciones y los chicos matándose a puteadas y a patadas.

Hermosisimo todo.

¿Yo? Corria para todas partes con tal de captar una buena foto.

— Estás haciendo más que los pibes.— escucho atrás mío. Miro y era el técnico de los chicos, Gallardo.

— Cuando necesites alguien que corra, avisame, te hago de volante.— respondo. Él sólo me sonríe y casi le encajo un beso ahí no más, pero hay que ser profesional.

fulmini; julián álvarez | en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora