Me muevo despacio para no despertar a Sofía mientras voy a la cocina. Se había acercado a mi departamento con la excusa de tomar unos mates, pero en cuanto se sentó, se quedó dormida en el sillón.Suelto un suspiro y me río suavemente.
—No me la contés... —murmuro, sacudiendo la cabeza con una sonrisa.Reviso mi celular y veo un mensaje de Martín, el primero que manda después de haber roto la ley del hielo. Al final, lo admitió: estaba celoso de Fede. Decía que me extrañaba, y aunque le respondí de vuelta que venga, antes tenía que pasar por el súper. Así hacíamos siempre. Él tenía auto, así que de alguna manera había que aprovechar.
Le había mandado una lista de cosas que me faltaban en la heladera y la plata. Mi única prioridad en este momento era reponer lo que me faltaba.
tin tin
"Cómo me usás, eh... termino de comprar y voy."
Me reí al leer su mensaje mientras preparaba unas tostadas y cebaba el mate para esperarlo. Sin querer, mientras encendía la tele y ponía *Casados con hijos* (mi refugio eterno de episodios repetidos), mis pensamientos volvían a lo mismo de los últimos días: Julián.
Habían pasado tres días desde que me acompañó hasta aquel edificio en Córdoba, y todavía no podía dejar de darle vueltas. Había una tensión en el aire, algo que nunca habíamos discutido. Y no era que sentía algo fuerte por él... o eso quería creer. Más bien era curiosidad, como cuando querés saber más de alguien pero no querés reconocerlo. Martín lo llamaría "wachinadas".
Pero había algo que no me dejaba avanzar. El miedo de salir lastimada, otra vez. Ya me había pasado, y no estaba dispuesta a repetirlo.
El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos. Era Martín.
—El coso ese verde que me pediste no está, solo hay el común —me dice desde el otro lado.
—Ah, entonces no lo traigas —le respondo mientras le doy un sorbo al mate.
—Pero si es básicamente lo mismo. —Lo escucho discutir con alguien al fondo.
—Ese tiene más calorías —suelto, sintiendo un poco de frustración.
—Otra vez rompiendo las bolas con las calorías... —responde enojado.
—Tin... —trato de suavizar la conversación, pero ya me imagino su cara.
—Te aviso cuando esté llegando —corta sin más.
Resoplo y dejo el mate en la mesita. Estos últimos días no habían sido fáciles, había vuelto a tener un atracón, después de tanto tiempo sin caer en eso. La culpa volvía a aparecer como siempre, y aunque sabía que no todo era mi culpa, no podía evitar sentir que lo era.
El timbre me saca del ciclo de pensamientos. Al abrir la puerta, ahí estaba Martín, con varias bolsas llenas. Sin decir nada, me acerqué para abrazarlo, pero él dejó las bolsas en el piso primero.
—¿Vas a seguir chinchudo? —le pregunto divertida, y lo escucho reír por fin.
—Cuando hablás así, me hacés acordar a mi vieja —dice, empujándome suavemente.
—¡Buenos días! —Sofía aparece en la sala, estirándose después de su siesta monumental.
—Se nota que te pegaste tremenda siesta —dice Martín, mientras la saluda con un abrazo.
Agarramos las bolsas y fuimos directos a la cocina para ir guardando todo. Había un pequeño silencio hasta que Sofía rompió el hielo.
—Vos últimamente andás en una nube de pedos, Elo. Demasiado pensativa —me mira con esa expresión que sabe leerme.
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fulmini; julián álvarez | en edición
Fanfictionel amor no comienza de 10 tampoco termina de 9. elo nunca se imaginó que ser fotógrafa de river plate iba a traerle inconvenientes. donde su vida se entrelaza con la del julian y que a pesar de la conexión evidente, eloisa se niega a aceptar todo t...