diecinueve; me pasan cosas con vos.

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— Sabes, llegué a la firme conclusión de que en el gallinero son todos unos pelotudos. — Sofía termina de cerrar su bolso con un gesto de frustración.

Nos encontramos haciendo el bolso para nuestra pequeña visita a Córdoba.

— Mmm, me suena a que hablaste con Enzo — la miro desde el sillón.

Veo que Sofía sonríe y niega.

— Solo digo. — se acomoda a mi lado. — ¿Cuánto falta para irnos?

Ella estaba escondiendo algo, lo sabía. Pero tarde o temprano, la verdad saldría a la luz.

— Deberíamos salir ahora para no llegar tan tarde a Ezeiza. — respondo. — Sé que me estás escondiendo algo vos... El día que te fuiste a dormir con él y me dejaste tirada, ni siquiera hablamos.

— ¿Cuándo me fui con él? — ríe.

Por alguna razón, sentí que no estaba jodiendo.

— El día que conocimos a esos que juegan en Boca. — la miro fijamente. — ¿Con quién fuiste?

— Ah... con él, boluda. — responde Sofía sonriente.

Ella simplemente se levanta para terminar de ordenar su bolso. Yo la acompaño en el acto.

Agarro mi celular para guardarlo, pero llega una notificación.

Nuevo mensaje de Rotti Girotti:

Avisame cuando lleguen porfis. Les conseguí vip y al florero.

Tú:
¿Y vos cómo mierda conseguiste? ¿Es normal que los dejen salir?

Rotti Girotti:
Qué sé yo. Aprovecha los privilegios que te doy. Ah, y si ganamos, seguro nos dejen salir. Es clave este partido.

:
Pierdan 👍

Y la verdad, quería que perdieran, no quería verlos, deseaba evitarlos.

Desde que Julián vino a mi casa, nunca más supe de él. No me buscó ni dejó mensajes igual medio obvio después se estar como en una cita de a tres rara. Me sentía mal por no haberle enviado al menos algo, pero no sabía qué decirle. Estaba muy confundida. ¿Por qué tendría que hablarle?

Abro el chat de Marcos y sonrío al ver que me envió una foto suya en la cancha.

Cuando Julián se fue, quedé un poco desorientada, pero no pasaron ni diez minutos antes de que Marcos me sacara una sonrisa y me hiciera reír. Él terminó por hacer las pizzas porque yo ya no quería saber nada de amasar.

Nos quedamos hasta las 4 de la mañana viendo películas y hablando de todos nuestros fracasos. Estaba súper cómoda a su lado.

— ¿Qué pasó con el Araña? — Sofi mira curiosa mi celular.

— Nada. — la miro y guardo el celular.

— ¿Nada más desde que te vio con Marcos?

— Nada. — muerdo mi mejilla desde adentro.

fulmini; julián álvarez | en ediciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora