No se trata de ti, se trata de mí.
Chen Feiyu podía decirlo y sentirlo. En la sala de maquillaje observó a Luo Yunxi y sintió que su corazón sangraba de dolor. Se mordió los labios para no abrir la boca y disculparse con Yunxi. Porque sabía que pedir perdón era difícil de expresar y más cuando no bastaba con las palabras.
Luo Yunxi era un desastre, igual que él. Mierda, tenían un trabajo que hacer pero lo único que quería era que Yunxi, su compañero, su novio, su alma gemela lo mirara siquiera. El silencio se sentía como puñaladas. Puñales afilados que lo herían profundamente. Permanecieron en un estado de indiferencia durante un tiempo y el ambiente se sentía tan tenso que los maquilladores y peluqueros se sentían incómodos.
Chen Feiyu recordó cuando Luo Yunxi vino un día a esta misma sala y sólo dio su presencia silenciosa. Esa mañana supo que su amante tenía miedo. Miedo de su relación. Fue Chen Feiyu quien le consoló y le prometió muchas cosas en nombre del amor que sentían.
Ahora, ¿qué podía prometerle?
Sus palabras ya no valían nada.
Como aquella vez que esperó a Luo Yunxi fuera de la sala de maquillaje para detenerlo, Chen Feiyu volvió a repetir sus acciones. Pero se sorprendió al ver que Yunxi se detuvo por voluntad propia.
El otro seguía sin mirarlo.
Nunca enmendaría lo que hizo, pero entendía la actitud de Luo Yunxi. Tenía que asumir la responsabilidad y echarse atrás sería una cobardía, aunque Chen Feiyu era el mayor cobarde de todos.
Luo Yunxi esperó.
—¿Podemos... hablar?
¿Tenían una relación? La última vez, Luo Yunxi no quiso dejarse tocar por él. Era evidente que no quería estar en un mismo espacio por mucho tiempo.
Yunxi caminó y Chen Feiyu lo siguió. Entraron en el cuarto libre de la última vez.
—Yunxi, quiero decirte...
—Chen Feiyu... No necesito escucharte.
Sin rodeos.
Luo Yunxi lo miró y pudo ver sus ojos enrojecidos. Parecía que había estado llorando toda la noche. Chen Feiyu también lo hizo hasta quedarse dormido. Lo despertó la llamada de su asistente.
Yunxi exhaló.
—¿Qué quieres de mí?—preguntó Yunxi, pero ya no había ira en su voz, sino cansancio, mucho cansancio y resignación.
—No quise... hacerte daño.
—¿No quisiste? ¿Has pensado alguna vez más allá de tu egoísmo? Sabes qué... esto no va a ninguna parte — sonrió apenas. Pero incluso Feiyu sabía que esa sonrisa no duraba lo suficiente y no tenía fuerza —. Siempre tuve la esperanza de tener un alma gemela. No sabes... Lo mucho que esperé. Cuando marcabas todo mi cuerpo y te burlabas de mí... Sentí dolor en mi corazón... porque mi alma gemela, tú, Chen Feiyu estabas pasando por una estúpida fase.
Chen Feiyu pudo escuchar la voz rota de Luo Yunxi. Podía oír incluso lo que él callaba. Porque la verdad era que él rompió las ilusiones de Yunxi y se las devolvió para luego tirarlas.
Feiyu quiso estrecharlo entre sus brazos y decirle que haría todo lo posible por reparar el mal que le había hecho. Sin embargo, observando a Luo Yunxi y escuchándolo... comprendió que tenía que darle algo de tiempo por mucho que quisiera recuperar lo que tenían.
Chen Feiyu se contuvo en el último momento.
— Tienes la razón—tomó aire porque no había hablado con Yunxi ni con nadie de esto—. Mi hermano me advirtió una vez. No quise hacerle caso. No... no quería un alma gemela. No quería estar atado a alguien porque el destino lo quisiera. Tienes que creerme. Yo sólo... Sólo soy un idiota que te hace sufrir —terminó, con la voz temblorosa.
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DOS ALMAS [CHEN FEIYU/LUO YUNXI]
FanfictionChen feiyu es inmaduro. O, al menos, eso es lo que le dijo su hermano mayor cuando Feiyu se burló de la idea de tener un alma gemela. "Nunca digas cosas de las que te puedas arrepentir después". El hermano mayor tenía razón. Chen Feiyu debería come...