DOS ALMAS [CHEN FEIYU/LUO YUNXI]

Cap. 17

—¿Yunxi?

Su nombre fue llamado suavemente. Luo Yunxi se aferró al mundo de los sueños un poco más, pero la voz lo llamó insistentemente, aunque el sonido era reconfortante para sus oídos. Gruñó y lentamente emergió de las profundidades del sueño.

Respiró hondo y se vio envuelto por el dulce aroma de Chen Feiyu. Tarareó de felicidad. Respiró un poco más y escucho una pequeña risa.

—Me haces cosquillas.

Luo Yunxi abrió los ojos de inmediato. Su cara estaba enterrada en el hueco del cuello de Chen Feiyu. No era su almohada y no estaba en su habitación de hotel. Los recuerdos de la noche anterior se agolparon en su cabeza. Se alejó avergonzado. Sabía que Feiyu no lo dejaría pasar.

En efecto, Chen Feiyu le dio una mirada brillante y traviesa.

—Entonces... ¿Te gusta cómo huelo?

—No—dijo sin dudarlo, pero sus mejillas coloradas lo delataron. Dios, era un hombre adulto que no podía admitir que su novio olía bien. No había nada porque avergonzarse. Mierda, Feiyu hacia estragos en sus pensamientos.

—Creo que estas mintiendo.

—Creo que debería ir a bañarme—habló entre dientes. Pero el joven lo detuvo y en un rápido movimiento se situó sobre él. Era prisionero de Chen Feiyu. —¡Feiyu! Déjame ir.

Sus caras estaban tan cerca y sus cuerpos casi se tocaban. Feiyu frunció sus labios como si Luo Yunxi lo estuviera regañando.

—¿Por qué no puede Yunxi admitir algo tan simple? Me has herido el corazón con tu rechazo.

—Deja de jugar conmigo.

Pero al decir esa respuesta, pudo ver una expresión indescifrable en el otro. ¿Realmente estaba haciendo sentir mal a Chen Feiyu? Luo Yunxi se preguntaba por qué seguía dudando. Ayer había aprendido que si mantenía su sufrimiento y angustia para sí mismo a largo plazo también lastimaría a Chen Feiyu. Era una relación que recién comenzaba y tenía que ser honesto con sus emociones.

Yunxi cerró los ojos un segundo y tomó valor. Sonrió para el desconcierto de Chen Feiyu. Extendió sus dedos para acariciar la piel del cuello de Chen Feiyu. El joven hombre tembló con su toque. Luo Yunxi puso sus brazos alrededor del cuello de Feiyu y lo atrajo hacia si. La sorpresa se grabó en Chen Feiyu con un pequeño grito. Esa reacción hizo a Yunxi más valiente en su tarea. Besó suavemente el hombro desnudo de Feiyu y sus labios continuaron extendiendo besos hasta su cuello. Sus cuerpos ardían y Luo Yunxi se arqueó para sentir a Feiyu completamente.

—Ahh-Yunxi... —gimió, dándole más acceso—, eres posesivo, ¿quieres marcarme?

—Ya eres mío — murmuró mientras humedecía sus labios antes de atrapar la nuez de Adán de Feiyu.

Feiyu jadeo con la devastadora sensación.

—Soy tuyo... como Yunxi es mío.

Por mucho que le gustaría dejar sus marcas en Feiyu, eso sería perjudicial para el rodaje. Todos se preguntarían que mosquitos habían picado a Chen Feiyu. Entonces Luo Yunxi acercó su nariz y olió a Feiyu con muchas ganas, esa acción enloqueció a su joven novio mientras movía sus caderas y lanzaba un gemido ahogado.

Después de hacer claro su posición y gustos, envolvió sus dedos alrededor del pelo de Feiyu y alcanzó sus labios.

Chen Feiyu no dudó en profundizar el beso y Luo Yunxi le dejó tomar el control. Mientras acariciaban sus partes más íntimas, Feiyu saboreó la deliciosa boca de Yunxi hasta obtener gemidos necesitados del hombre mayor. Un sentimiento primitivo de satisfacción se apoderó de él hasta el punto de ir más rápido con sus movimientos y llevar a Luo Yunxi hasta el límite.