Cap.8

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Abril fue realmente un mes de negociaciones y resultados. Se negociaba un extraño cortejo, que se renovaba cada día a petición de sus participantes. En cualquier caso, Luo Yunxi lo había estipulado de esa manera y Chen Feiyu lo aceptó a regañadientes.

¿Era Luo Yunxi como una joven doncella esperando el momento adecuado para estar con su futuro marido? Yunxi no era inocente. Y tampoco era una doncella ruborizada. Porque puede repasar en su cabeza el recuerdo de hace dos noches en su habitación de hotel. Y, mierda, Luo Yunxi había dejado la pureza a un lado.

Habían pasado días realizando las coreografías acrobáticas. Días que no pudieron verse para satisfacer su pasión.

Luo Yunxi nunca se acostumbraría a los pesados arneses y a la sensación de mareo al volar por el aire. Se dio cuenta de que para Chen Feiyu era lo mismo o incluso peor. El joven actor no tenía mucha experiencia y más de una vez tuvo que repetir las tomas. Era un trabajo vertiginoso y agotador. Cuando el director les agradeció su buen trabajo, también les dio un día libre como recompensa. Una oportunidad que Luo Yunxi la tomaría con los brazos abiertos.

Invitó a Chen Feiyu a su habitación de hotel.

—¿Cuáles son las intenciones de Yunxi?

—¿Te gustaría saberlo?

Era el juego del gato y el ratón. Luo Yunxi se acercó a  Chen Feiyu para provocarlo y lo logró cuando se contorneó los labios con su dedo índice. El brillo depredador en los ojos de Chen Feiyu fue un triunfo para él.

Durante su viaje, sus piernas se rozaron entre sí y ambos pudieron sentir una corriente eléctrica corriendo a través de ellos, alimentándose del deseo que crecía a cada minuto.

Tan pronto como entraron y cerraron la puerta, Chen Feiyu no quiso apartar sus ojos de la cara de Yunxi. Se miraron el uno al otro hasta que estuvieron satisfechos. Luo Yunxi levantó su barbilla en una clara invitación y Chen Feiyu se inclinó hasta que sus bocas estuvieron a una pulgada de distancia. ¿Qué clase de tortura fue esta? Sus respiraciones estaban entrecortadas y se mezclaban.

—Yunxi...—ronroneo.

Luo Yunxi le sonrió y asintió con la cabeza, pidiendo a Feiyu que continuara. Entreabrió sus labios y Feiyu lo besó con una destreza que hizo que Luo Yunxi gimiera y envolviera sus brazos alrededor de los hombros de Chen Feiyu.

Luo Yunxi no podía dejar de besar a Chen Feiyu, y cada beso apasionado provocaba una llamarada que calentaba su cuerpo y su corazón.

Aire.

Necesitaban aire y una ducha.

Ahora.

Luo Yunxi lamió los labios húmedos e hinchados de  Chen Feiyu mientras se alejaban de la puerta. Luo Yunxi los llevó al baño y abrió la ducha. Permanecieron en silencio mientras se desnudaban. Sus ojos atravesaron cada parte expuesta, conociéndose, y disfrutando del simple hecho de verse.

Yunxi guio a Feiyu a la cabina y el vapor los sumió en una neblina de deseo. El agua los acarició y Luo Yunxi arqueó su cuerpo al sentir los dedos de Chen Feiyu jugando y presionando aquellos picos rosados. Gimió en voz alta y un escalofrío de placer lo invadió.

Muchas sensaciones. Demasiadas para capturarlas y nombrarlas.

Oh, los dedos de Chen Feiyu hicieron magia con él.

Luo Yunxi había empezado esto, tenía que terminarlo con la mayor calificación. Su mano tocó la piel de Chen Feiyu, haciendo un camino descendente hasta que sintió la erección de Chen Feiyu. Un gemido se escuchó con fuerza y Yunxi supo que tenía la ventaja. Comenzó a mover su mano hacia arriba y hacia abajo, prestando especial atención a la punta enrojecida donde la esencia de Feiyu fluía libremente. Vio a Chen Feiyu echar la cabeza hacia atrás y su propio miembro vibró con tal visión erótica. Los gemidos se hicieron más fuertes y Feiyu movió sus caderas, buscando más de la fricción de las manos de Luo Yunxi.

Chen Feiyu no duraría mucho tiempo. Tampoco lo haría él. Feiyu quería darle el mismo cariño y Luo Yunxi lo aceptó de muy buena gana.

¡Qué dulce placer! Luo Yunxi cerró los ojos y Feiyu contuvo el aliento. Ambos se perdieron en la exquisita liberación.

Fue un instante que duró una eternidad. Miles de estrellas nublando su visión, suaves susurros de deseo, una lluvia tocando sus pieles y dos hombres perdiendo el control.

Esa noche, fue la primera noche que Chen Feiyu durmió a su lado.

***

Esfumando los momentos vividos a un lado, suspiró. Tomando una taza de té y mirando el paisaje nocturno de la ciudad, Luo Yunxi pensó que esos límites que se había autoimpuesto se debían a una persona que no conocía, pero que se suponía que era su compañero destinado.

¿Era egoísta pensar en su propia felicidad? Había sido rechazado por esta persona y sin embargo se preguntaba si su alma gemela lo buscaría algún día, o seguiría su propio camino. Muchas veces miró el marcador en su mesa de café. También lo había hecho Chen Feiyu. Su joven amante no era tan bueno disimulando.

Sabía que Chen Feiyu tenía preguntas al respecto y muchas veces quiso contar su historia. ¿Pero cómo podía hacerlo? Feiyu tampoco le había hablado de su alma gemela, si es que tenía alguna.

Entonces, ¿Qué eran, dos personas probando su suerte?

No. No podía seguir así. Si quería entregarse completamente a Chen Feiyu, necesitaba un cierre definitivo con su compañero de destino.

Luo Yunxi sonrió, pero sus labios temblaron, al igual que su mano cuando tomó el marcador y escribió en la parte superior de su pierna una simple palabra:

¿Hola?

Esperó un rato, pero no pasó nada. Esperó una hora y no pasó nada. No sintió el picor habitual en su piel. Esa noche no tuvo respuesta. Ni tampoco al día siguiente.

De hecho, fue ignorado.

DOS ALMAS [CHEN FEIYU/LUO YUNXI]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora