24

620 48 27
                                    

Flashback.

—¿Ya vas a decirme por qué tenemos quince minutos aquí estacionados? Prometiste que habría café pero solo hemos estado aquí. —se quejó.

—Querías saber quién era la chica de las fotos de mi celular, ya verás quien es. —dijo sin mirarlo.

—¿Hablabas de una chica no idol? —preguntó sorprendido.

—Mira, es ella. —señaló.

El menor dirigió su mirada hacia donde el mayor le indicó.

—Es bonita, ¿trabaja aquí? —preguntó curioso.

—Tiene varios empleos, como en el cine, en el centro comercial... —dijo él. —Pero aquí pasa la mayoría del tiempo. Al parecer tiene algún familiar enfermo.

—Jeonghan, ¿cómo sabes todo eso? —lo miró.

—La conocí aquí. —ignoró su pregunta. —Pero apuesto que ella no tiene idea de quién soy yo.

—¿Desde hace cuanto que te gusta? —volvió su mirada al frente.

—No sé si podría llegar a decir que me gusta, no la conozco y decir que me gusta es algo muy... lo estaría minimizando, ella es más que eso. —intentó explicar. —La conocí hace dos meses.

—Jeonghan, deberías acercarte a ella. —sugirió.

—¿Olvidaste nuestra imagen ante el público? Tenemos a Carat, pero también a más personas que nos odian. —suspiró. —Incluso si son Carats, muchas no lo aceptarán, no tiene caso exponerme a eso.

—Ya se cumplieron los cinco años, puedes hacerlo. —alentó. —Carat lo entenderá, tarde o temprano.

—Lo intentaré. —aseguró. —Pero, por el momento, seguiré manteniendo mi distancia. —encendió el auto.

—¡Oye! Me prometiste café. —se quejó.

—Hay mucho en la empresa. —dijo comenzando a conducir.

×××

—Muy buenos días, ¿qué puedo ofrecerle? —dijo con una sonrisa.

—Buenos días igual para ti. —sonrió aunque ella sólo pudiera ver sus ojos gracias al cubrebocas. —Dos americanos, fríos, por favor. —entregó su tarjeta.

—Bien, dos americanos para el chico rubio de ojos lindos. —dijo con una sonrisa, mientras tecleaba la orden. —¿Y a nombre de quien pongo la orden? —tomó un vaso y un plumón.

Jeonghan se puso nervioso, ¿debería darle su nombre? Incluso pensó en darle su número.

—Han. —dijo él. —Ambos a nombres de Han.

—Lindo nombre, Han. —dijo escribiendo en ambos vasos. —Puedes esperar, en un momento te entregaré tu pedido. —le devolvió su tarjeta.

—Muchas gracias, Lim Sejeong. —dijo leyendo la placa en su mandil.

Ella le dedicó una sonrisa.

Jeonghan salió de la fila y se dirigió a la otra punta de la barra, esperando su café. Lo dudo un poco, pero tomo una servilleta y escribió su número en ella, dejo la pluma que había tomado en su lugar y doblo la servilleta.

Juro Quererte [Jeonghan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora