Juro Quererte [Jeonghan]

19

Narra Sejeong.

Mientras seguía con lo mío, de vez en cuando volteaba a donde Jeonghan, supervisando que estuviese haciendo bien su trabajo.

—¿Debo cortar la lechuga? —preguntó.

—Sí, esta vez no será la base, será un extra. —lavé mis manos.

—¿Cómo se corta una lechuga? —la tomó y empezó a darle vueltas mientras la examinaba.

—Déjame hacerlo. —me acerqué a donde estaba él.

—No, no, no. —dijo alzando la lechuga, evitando que la tomara. —Dijiste que yo lo haría, simplemente dime cómo hacerlo.

Volví a mi lugar.

—Córtala a la mitad, no es necesario usar toda. —indiqué. —Ahora colócala...

—¿No es más fácil si vienes aquí? —dejó el cuchillo de lado.

Tenía razón, era más fácil en cuestión de la lechuga, difícil es cuestión de nosotros.

Me acerqué a él y le di las indicaciones apropiadas.

—Listo, ahora déjame servir la comida puedes ir poniendo la mesa si quieres. —me dirigí a la estufa.

—Hay suficiente para los chicos, ¿cierto?—escuché como tomaba los platos.

—Sí, como lo pediste. —dije yo.

Colocó los platos a mi lado y me miró.

Nuestras miradas se conectaron de una manera tan rara, pero no era incómoda, ¿por qué no lo era?

Su mano se levantó directo a mi rostro, retiró un cabello que cubría el lado izquierdo de éste.

—Eres bastante hermosa... —susurró.

Narra Jeonghan.

Realmente me volvía loco, sabía que estaba mal, sabía que era la novia de Vernon pero, no podía evitarlo, no era algo con lo que yo estuviese contento.

Al final el tiempo lo decidiría todo, ¿no?

Su mirada tan linda e inocente estaba concentrada en mi mano.

—Creo... creo que deberías hablarle a los chicos... —tartamudeaba.

—¿Eso crees? —la miré.

De nuevo, la cocina se quedó en un gran silencio.

—¿Puedes.... puedes quitar tu mano? —dijo colocando la de ella sobre la mía.

La bajé lentamente, cuidando que su mano aún siguiera sobre la mía.

Cuando la bajé por completo, noté que su mano seguía sobre la mía, era tan cálida y suave, definitivamente no quería que la retirara.

—¿Todo en orden? —ella bajó su mirada.

Definitivamente estaba viendo mis labios.

Era ahora o nunca.

Coloqué mi mano libre en su barbilla, la levante lentamente hasta que volviera su mirada a mi. Me acerqué a su rostro, estábamos a escasos céntimos, ella estaba paralizada.