Juro Quererte [Jeonghan]

11

Narra Sejeong.

Abri los ojos, estaba en el sofá. Me tallé ambos ojos con mi mano derecha, me di cuenta de la situación y lentamente levante mi cabeza.

—Buenos días. —dijo Jeonghan apartando su mirada de su celular.

Para dar una idea de la situación: Jeonghan estaba recostado en el sofá y yo sobre él, apoyando mi cabeza en su pecho.

Enseguida me senté.

—¿Cuánto tiempo llevas despierto? —fue lo primero que mi cerebro pudo formular.

—Recién, tomé el celular para ver la hora. —se sentó recargando sus codos en sus rodillas mientras tallaba sus ojos.

—Lamento esto. —solté un suspiro.

Si Hansol, no, si cualquiera hubiese visto esta escena, la hubiese malinterpretado.

—Tranquila, ambos estábamos cansados. —bostezó.

—¿Que hora es? —suspiré.

—Once con trece. —dijo poniéndose de pie.

—¿No tienes nada en tu agenda? —estaba asustada, asustada de que se perdiera cualquier evento importante por mi culpa.

—No, tengo libre hasta la tarde, tenemos ensayo de nuevo. —me miró. —¿Te parece si nos vamos juntos?

¿A dónde iríamos juntos?

—Ah... —recordé. —Sólo déjame ponerme ropa de verdad. —soltamos una pequeña risa.

—Bien, te espero. —dijo guardando la laptop en la mochila.

Fui hacia mi cuarto y me coloqué unos jeans blancos y una blusa holgada rosa, me coloqué unos tenis blancos con plataforma y peiné mi cabello, aún húmedo, en una coleta. Me puse un poco de gloss en mis labios y salí de ahí.

Pedimos un taxi y nos dirigimos al departamento de Jeonghan. Antes de bajar del auto, él se colocó un cubrebocas, unas gafas y una gorra, pagamos al conductor y bajamos del auto.

Nos adentramos al edificio y Jeonghan guardó todos los elementos de lo que hacía llamar "su disfraz".

Caminamos hasta el ascensor y comenzamos a subir, cuando las puertas del elevador se abrieron, Hansol y Jun estaban frente a éste, los cuatro nos sorprendimos al vernos, no esperábamos hacerlo.

Jeonghan y yo salimos del ascensor.

—Ey, preciosa, ¿qué haces aquí? —preguntó Hansol abrazándome.

—Vengo a trabajar. —correspondí su abrazo.

Nos separamos.

—¿Vienen juntos? —cuestionó Jun.

Oh, no.

—Es que.... —comencé a decir.

—Bajé a tomar aire y me la encontré en la entrada. —dijo Jeonghan sonriendo.

—¿Es la misma ropa de ayer? —Hansol analizó a Jeonghan.

Sí, estaba perdida.

—Estaba cansado anoche, cuando llegue iré a tomar una ducha. —encogió los hombros.

—Bien... —Hansol dudó.

Nos despedimos y Jeonghan y yo entramos a su departamento.

—Bienvenida. —dijo él.

Era bastante bello, los colores y la decoración eran muy lindos. Me guió hacía la cocina y me dio un pequeño tour entre los cajones y gavetas que habían en ésta.

—Bien, prepararé la comida. —coloqué mi celular en una repisa.

—Tomaré una ducha entonces. —dijo él.

—Oye... —dije al ver que estaba por irse.

—¿Si? —me miró.

—¿Por que le dijiste eso a los chicos? —mire hacia abajo.

—Sejeong, no quería meterte en problemas, no pasó nada malo, estoy consciente de ello, pero quería evitarte malentendidos. —dijo él manteniendo su mirada en mi.

—Gracias. —lo miré a lo que él sonrió y siguió con su camino.

Comencé a preparar la comida, ya que me llevaría alrededor de una hora y media, era un poco de kimchi, agregué un poco de otras verduras para balancearlo mejor, considerando el desayuno perdido.

Jeonghan entraba a la cocina de vez en cuando, pero estaba ocupado trabajando en algo en su computadora, se le veía concentrado.

Escuché como la puerta se abrió.

—¡Ey! —exclamó Jeonghan. —Es importante, devuelvemela. —escuché como algo era arrojado.

—¿Así tratas a tu hyung? —era S.Coups.

—Es importante. —repitió.

—Esta bien, toma. —escuché que dijo apenado. —¿Y esos zapatos? —susurró pero logré escucharlo.

—Sejeong esta en la cocina bobo. —dijo Jeonghan con burla.

Seguía con lo mío, no me interesaba ser una metiche.

—Hola. —escuché la voz de S.Coups frente a mi.

Levanté mi mirada y lo vi asomándose por el marco de la entrada a la cocina.

—Hola. —sonreí.

Él se adentró a la cocina.

—¿Kimchi? —dijo viendo el traste que lo contenía.

—Sip. —dije terminando de vaciar las verduras extras.

—Escuché que llegaron juntos. —dijo lo suficientemente fuerte para que Jeonghan escuchara. —Espero que no se traigan nada entre manos. —volvió su mirada hacia mi.

—Por supuesto que no. —dije yo.

—¿De que hablas Choi? —Jeonghan se adentró a la cocina.

—Di qui hiblis Chi. —se burló. —Hablo en serio, yo estaba afuera, vi que llegaron juntos. —dijo tomando un trozo de zanahoria.

—Sobre eso... —ambos hablamos al mismo tiempo.

—Sé que no hicieron nada malo, conozco que tipo de personas son, pero deben cuidarse de las cámaras y reporteros no deseados, las malas interpretaciones.

—No volverá a pasar. —dijimos ambos al unísono.

—Eso espero. —comió el trozo de zanahoria.