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Se arriesgó, se arriesgó y lo buscó entre sus recuerdos.

—Eras Han. —concluyó. —Tú eras Han, claro que eras Han. —estaba atónita. —Esto....

—Me preguntaste que hacía Hansol en el hospital ese día. —suspiró. —Sufrí un leve accidente, tu madre me ayudó, me pusieron un yeso ese día.

—Jeonghan, no quiero hacer esto. —dijo dando media vuelta.

—Él era el único que sabía quien eras, era el único al que yo le había hablado de ti, era el más consciente de todo lo que estaba haciendo para poder estar contigo. —dijo él

—¿Por eso me pediste trabajar contigo? —no se molestó en mirarlo. —¿Este era todo tu plan? ¿Una venganza?

—Las cosas no son así. —se acercó. —Si hubiese sido así, ¿crees que él lo hubiese permitido?

—No quiero hablar de sus acciones, quiero hablar de las tuyas. —respondió.

—No fue por venganza. Quería ayudarte, tal como debí estar ahí cuando ese hombre intentaba arrastrarte a su auto, cuando tu madre colapsó, cuando las cosas se pusieron peor. —suspiró. —Por eso intenté ayudar cuando se presentó la oportunidad.

—Tu CEO quiere verme, quiere que firme un contrato de confidencialidad. —lo miró. —Ni siquiera Hansol lo sabe. —susurró.

—¿Harán publica su relación? —preguntó sorprendido.

—Lo pensé, bastante, pero aún necesito más tiempo. —desvió su mirada. —No por ti o por él, por mi. No sé si quiero pertenecer a este mundo.

Lim se dio media vuelta y abrió la puerta.

—Te escribí una canción. —dijo él. —Bueno, tres, para ser sincero.

—Han... —luchaba contra el nudo en su garganta.

—Puedes escucharlas, si quieres. —siguió. —Don't listen in secret, Falling for u y....

—Basta. —pidió. —No hagamos esto, ya no.

—Déjame...

—No voy a volver. —dicho esto, salió del departamento.

Jeonghan se quedó mirando la puerta, sabía que no debía decirle que él era Han, sabía que habrían consecuencias, sabía que, aún si lo decía, nada cambiaría.

Había mucha historia entre ambos, pero ella ya había construido una nueva junto a Hansol.

×××

—¿Estás bien? —preguntó, rompiendo el silencio.

—Sí, estoy pensando en cómo demonios voy a hacer cien pastelillos para mañana temprano. —suspiró.

—Te puedo ayudar. —dijo con una sonrisa.

—Pero estás...

—Es mi pie, no mis manos. —interrumpió. —Además, no duele.

—¿Por que no manejas entonces? —lo miró mientras detenía el auto.

—Podría arriesgar mi vida, no la tuya. —le dio una gran sonrisa.

—¿En serio? —miró hacia el techo.

Juro Quererte [Jeonghan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora