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Narra Sejeong.

S.Coups tenía razón, además, si Hansol llegará a enterarse de que le mentimos pensará que fue para ocultar algo, algo que jamás pasó ni pasará.

—Incluso las zanahorias son buenas. —dijo S.Coups.

—Fuera de mi cocina, esa es mi comida. —dijo Jeonghan empujándolo.

—Sólo un poco.... —se resistía.

Ambos salieron de la cocina jugando entre ellos. No parecía que a Jeonghan le afectara el regaño de S.Coups, tal vez ya estaba acostumbrado a recibirlos.

Continúe con la comida; pasaban de las dos de la tarde.

Serví un plato de kimchi y lo llevé a la mesa, regresé a la cocina y saqué la limonada que había preparado hace apenas unos minutos, serví un vaso y lo coloqué en la mesa.

No veía a Jeonghan, sus zapatos seguían en la entrada.

—Ya esta servido. —avisé.

Enseguida Jeonghan salió de lo que pienso yo es su habitación.

Se acercó y miro la mesa con atención.

—¿Sólo un plato? —me miró.

—Cuando termines puedo servirte más. —sonreí.

Él soltó una pequeña risa.

—No me refiero a eso. —bajó su mirada para después volver a mi. —También debes comer. —aclaró.

Ah, ya veo.

—Comeré después de limpiar, en la cocina. —dije yo a lo que él suspiró.

—Claro que no, tú... —se dirigió a mi y tomó mis manos. —vas a sentarte aquí. —hizo que me sentara justo al lado de la silla con la comida servida. —Y comerás conmigo, todos los días sin falta. —sonrió. —¿Entendido? —se agacho para poderme mirar a los ojos.

—Entendido. —sonreí.

—Bien, ahora, iré a servirte un poco de esta maravillosa comida. —se enderezó.

—Puedo hacerlo.... —traté de levantarme pero colocó una de sus manos en mi hombro derecho.

—Ni lo intentes. —siguió hacia la cocina.

—Ni siquiera has probado la comida, no puedes decir que es maravillosa. —le dije en voz alta con un tono de alegría.

Regresó con un plato y un vaso en sus manos, los colocó frente a mi y se sentó a mi lado.

—Sé que es deliciosa porque la hiciste tú, tontita. —dicho esto comenzó a comer.

Sonreí ante sus palabras, lo miré unos segundos y comencé a comer.

Ambos comíamos en silencio, de vez en cuando JeongHan daba halagos por la comida.

—¿No comen todos juntos? —pregunté de la nada.

—Algunas veces, cuando nos juntamos a ver deportes o alguna película. —dijo él para después tomar un trago de su limonada. —Incluso algunas veces simplemente aparecemos en la casa de algún otro, y esperamos a que nos alimente. —dijo riendo.

—Dicho eso, me sorprende que aún nadie nos haya interumpi.....

—Escuchamos que Sejeomg comenzaba hoy a trabajar aquí. —dijo Wonwoo entrando con Mingyu, Dino y Seungkwan a su par.

—Hablé muy pronto. —susurré a Jeonghan, ambos reimos.

—¿Que hay para comer? —preguntó Dino sentándose frente a nosotros.

—Mira esto... —me susurró Jeonghan con un tono malvado. —Oye, Dino. —lo miró y alzó las cejas una y otra vez.

—No, no Hyung, no frente a ella. —se quejó él.

—¿Dino el bebé de quien? —dijo tomando sus mejillas.

Dino suspiró fuertemente.

—El bebé de Jeonghan Hyung... —dijo con odio.

Era tan adorable.

—¿Hasta cuando? —preguntó.

—Jeonghan Hyung dice que hasta que cumpla treinta años.. —suspiró.

—Bien, muy bien. —decía Jeonghan con aprobación y una gran sonrisa en su rostro.

—Humillante. —dijo Wonwoo.

—Bastante, diría yo. —Seungkwan sonreía a su lado.

—En serio, demasiado. —dijo Mingyu.

Sí, ya entendimos. —Dino sonaba molesto.

—¿Quien quiere kimchi? —dije poniéndome de pie.

—¡Yo! —dijeron todos.

Me dirigí a la cocina y serví cuatro platos más con kimchi, además de cuatro vasos de limonada.

—¿Te ayudo con eso? —escuché a Jeonghan detrás de mi.

—Claro. —me giré hacía él dándole una sonrisa.

Ambos llevamos las cosas a la mesa y los seis nos sentamos a comer, hablar y jugar. Era demasiado divertido estar con los chicos, ya veo porque Hansol es tan feliz aquí.

Pude olvidar como era sentirse sola, por lo menos un momento.

Juro Quererte [Jeonghan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora