Epílogo.

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12 de Enero del 2022.

—¿Realmente vas a ir? —se quejó.

—Som, te lo dije, te traería a casa y me iría. Tengo turno en el café. —tomó su bolso. —Me alegra que hayas regresado, pero sigo siendo la misma chica con trabajos de medio tiempo.

—¿Podré verte más tarde? Traje obsequios de Los Ángeles. —sonrió.

—No lo sé, tal vez llegue algo tarde. —respondió mientras buscaba su celular.

—Te espero entonces. —se sentó en el sofá.

—Deja de buscar excusas. —la miró. —Debes hablar con Seungcheol.

—No son excusas. —miró al suelo. —Tengo miedo. —susurró.

—¿Miedo? —alzó una ceja, ella asintió. —Som, ¿de qué tienes miedo? —se quejó.

—Seungcheol y yo llevamos casi un año juntos, pero la relación en persona es distinta. —la miró. —¿Y si no es lo mismo que estar a distancia?

—Som, no digas tonterías. —se puso de pie. —Es lo mismo, sólo que con... ¿tacto? No lo sé, da igual. —suspiró. —Seungcheol es tu novio y merece saber que llegaste a Seúl sana y salva.

—Supongo que tienes razón. —suspiró.

—Bien, debo irme, mi turno empieza en diez minutos. —la abrazó. —Asegúrate de llamar a Seungcheol.

—Lo haré. —sonrió.

××××

—Buenas tardes, ¿qué va a ordenar? —le dio una sonrisa.

—Quisiera un americano frío, por favor.

—Bien, ¿desea agregar algún extra? —comenzó a teclear la orden. —¿Algún postre?

—No, así esta bien. —le entregó el efectivo.

—Bien, al final de la barra le entregarán su pedido.

—Gracias. —dijo alejándose del mostrador.

—Oye, tú. —un chico se acercó.

—Buenas tardes, ¿en qué lo puedo ayudar? —le dedicó una sonrisa.

—Pedí un café con dos cucharadas de azúcar. —se acercó a la barra. —¿Le parece que son dos cucharadas? —colocó el café en el mostrador.

—¿Tiene demasiada azúcar? —tomó el vaso.

—¿Acaso quiere hacerme diabético? —la señaló. —¡Quiero hablar con el encargado del lugar! —gritó.

La gente ahí comenzó a murmurar y a grabar lo que estaba pasando.

—Por favor, guarden sus celulares. —hacía reverencias en distintas direcciones. —Yo soy la encargada, lamento lo que sucedió con su café. —hizo una reverencia. —Le devolveré su dinero y, por cortesía mía, le daré un café nuevo. —dijo Sejeong con una sonrisa.

—¿Devolver mi dinero? ¿Un café nuevo? —soltó una leve risa. —Quiero que te despidan, ¿cómo no sabes preparar el café? —la señaló.

Juro Quererte [Jeonghan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora