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Narra Sejeong.

Nos encontrábamos en la sala de espera, yo estaba dando vueltas con mi tercer café en manos.

—Preciosa, tranquila. —dijo Hansol desde su asiento.

—Ya han pasado horas, aun no dicen nada, ¿como se supone que este? —dije para despues beber de mi café. —Necesito otro café. —dije botando el vaso en la basura.

—Hermana, tranquila, todos estamos ansiosos, pero no sirve de nada alterarnos. —insistió Som.

—¿Familia Lim? —llamó la enfermera.

Enseguida nos aproximamos hacia ella.

—¿Qué pasa? ¿Terminaron? —dije ansiosa.

—Señorita, no como explicarlo, realmente no sabemos como sucedió. —comenzó a decir.

Sentí como un nudo se formó en mi estómago y otro en mi garganta, algo estaba mal.

—¿Qué paso? —preguntó Hansol.

—Lamento informales que... su madre murió. —dijo ella para después hacer una reverencia. —Lo sentimos mucho.

Esas palabras vinieron a mi como un golpe. Comencé a perder la fuerza en mis piernas, caí al piso de rodillas seguida de Som, ella me abrazó.

Hansol se agachó al piso y nos abrazó a ambas, las lagrimas no paraban.

El saber que no volvería a ver a mi madre, jamás me llamaría "preciosa" de nuevo, sí, estaba acabada. Mi vida se basaba en altas y bajas, más bajas que altas, pero esto, era mi límite.

—Tranquilas. —decía Hansol con su voz quebrada. —No las dejaré solas. Nunca.

××××

Estabamos llegando a casa de Hansol después de hacer los trámites para el funeral.

Som prefirió estar sola en casa asi que Hansol me trajo con él.

—¿Quieres algo de beber? —preguntó Hansol.

—Un vaso de agua, por favor. —dije con mi voz ronca.

Seguía sin poder asimilar lo que hace unas horas había escuchado. Definitivamente estaba rota, completamente rota.

Mamá se veía bien esta mañana. Pensaba en que si no hubiese aceptado la cirugía, tal vez, sólo tal vez seguiría viva.

Bébela. —dijo Hansol entregándome un vaso con agua.

—Ella no lo merecía. —dije después de tomar el agua. —Ella realmente no merecía nada de esta mierda.

—Preciosa... —comenzó a decir.

—De todas las personas del mundo ella era la que menos merecía morir así. —dije llorando. —Ella era la mejor persona que conocía, ella siempre estaba para todos en cualquier momento, ¡¿Por que?! ¡La vida es una mierda con las personas incorrectas! —grité.

Las lágrimas eran más constantes, mi pecho dolía al igual que mi cabeza. Hansol me abrazó mientras pasaba su mano por mi cabeza, pero no creía que eso tuviese algún efecto positivo en mi.

—Aquí estoy preciosa, tranquila, todo mejorará. —decía él.

Definitivamente nada mejoraría, no a estas alturas, no en mi vida.

—¿Como se supone que pueda seguir viviendo sin ella? —cuestioné. —Las cosas no deberían suceder así, yo no estaba lista para perderla. —nunca me preocupé por asegurarme de que mis palabras fuesen entendibles. —Mi madre nunca me preguntó si yo estaría bien sin ella a mi lado, yo no podré estar bien sin ella a mi lado.

Juro Quererte [Jeonghan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora