Capitulo 20

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Había salido de aquella casa de descanso, no había recibido ningún daño más que el cabezazo del pelirrojo por lo tanto mi estadía fue muy corta.

Al quedarme 1 día con ellos fue realmente divertido me la pasaba hablando de algunas cosas con Tanjiro, aunque siempre Zenitsu empezaba a interrumpirnos molestándolo con que quería ver a Nezuko por supuesto no faltaba el chico jabalí, era un idiota tosco pero agradable a su modo.

Miré hacia el cielo viendo que mi cuervo sobrevolaba mi cabeza, no parecía tener misiones para mí, aun así, necesitaba algo para distraerme de todo lo que había pasado días antes, pude alejarme de los pensamientos de mi madre gracias a los muchachos que al menos me mantenían ocupada con sus ocurrencias.

-Madre... ¿Qué es lo que hiciste? – murmure, me sentía en desconfianza con mi padre y con todo lo demás, pase un mechón de mis cabellos por detrás de mis orejas notando aquella pulsera blanca que me había dado aquel pilar.

Ya había hablado con Tomioka sobre el asunto con mi madre, pero... ¿Podría confiar en Kyojuro? decirle la verdad y todas esas cosas que arremolinaban en mi mente.

Tampoco esperaba un final bonito porque ya sospechaba en que termino mi madre, conocer a Nezuko me abrió esperanzas de que ...tal vez fuera como ella o como Reika.

Aunque viendo todo de una manera lógica la despedida de Reika fue muy extraña, muy rápida y eso hizo que me preguntara.

¿Le tenia miedo a algo?

Me mordí las uñas tratando de unir todo, algo en mi cerebro hizo click como un recordatorio vago de aquella vez en la que se fue

"Ni siquiera sabes porque estoy aquí ...no seas tonta"

Entonces como si fuera magia ciertas palabras de aquel demonio que se hacia llamar Iruka resonaron en mi cabeza

"...con la última información que le dieron ¡Has llamado su atención!"

Todo parecía detenerse, sentí como si me hubieran tirado un balde de agua fría. ¡Mierda! Todo ese tiempo...estaba siendo vigilada por mi madre a través de Reika y cabía la posibilidad de que ahora en estos momentos estuviera siendo vigilada también.

Gire sobre mis talones viendo obviamente las partes más oscuras protegidas por la sombra, instintivamente saque la katana al divisar un espacio protegido por un frondoso árbol el cual daba una muy buena sombra, lo suficiente para que los rayos del sol no traspasen.

Tal vez estaba siendo paranoica, tal vez todo era una mentira y un malentendido de parte mía, pero si todo lo que había descubierto era verdad entonces ... ¿Por qué madre me mantenía vigilada? ¿Estaba arrepentida de haberme dejado?, seguí avanzando desviándome del camino principal, pero al llegar solo noté la soledad; De mis labios se escapó una risa incomoda.

Guardé la katana en su funda, mirando los alrededores mi mirada se detuvo curiosa cuando vi algo extraño pegado en el tronco de uno de esos árboles, sigilosa me acerqué viendo  lo que estaba en el lugar era un pedazo de tela roja con hilos dorados deshilachados, por alguna extraña razón aquella tela me pareció familiar pero no recordaba nada , estaba claro que lo habían dejado adrede debido al clavo en donde colgaba y que no era muy inteligente de mi parte meterme en la sombra del bosque.

Como entre salí y volví al camino principal rápidamente abrí mi mochila y saque una pluma junto con una hoja que había arrancado, debía notificar esto y por más insignificante que sea esta información, Oyakata-sama tenía que saber. Llame a mi cuervo y le amarre la nota a su patita.

Esto no me dejaba muy tranquila que digamos...

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You are my lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora