Capitulo 34

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Koji agarro a su esposa y la puso en sus brazos, abrió la puerta de casa con una patada asustando a Aoki quien estaba escondido debajo de la mesa, al ver que era su padre corrió hacia el preocupado por el estado de su madre.

-Aoki escucha...- su temple era serio y preocupado – Tu madre no esta bien, ya estas un poco grande y lo que te voy a pedir será difícil para ambos – las manitas del menos se aferraron a pierna de su padre –Te quedaras aquí cuidando a tu madre– el pequeño asintió –sé que eres inteligente y serás capaz de ayudarla– el azabache puso a su esposa cerca de la chimenea encendida – Iré a buscar a esa mocosa

- ¿Madre estará bien? –

-Lo estará...-

Koji no estaba seguro de lo que le estaba pidiendo a su pequeño hijo, este tan solo tenía 5 años, pero sabía que era lo suficientemente inteligente para acatar las órdenes a la perfección, pero antes ...tenía que hacer algo.

El azabache cogió su hacha del mango , se acerco a la chimenea y puso la hoja en las brasas ardientes , no estaba seguro de lo que hacia pero si era lo único para salvar a su amada lo haría; cuando vio que la hoja se volvió roja se acerco a Misae , espero unos momentos para que no estuviera tan caliente , dirigió su dejo a boca y mordió hasta que sintió el dolor característico , la sangre salió con pequeñas gotas las cuales aumentaron su forma y tamaño , la hoja caliente cuando hizo contacto con la sangre hizo humo.

-Misae se que te molestaras – susurro y en movimiento ágil corto un poco la mejilla de la azulada, aquella cosa que parecía un gusano retrocedió intentando entrar mas en su carne, pero el calor del hacha y la sangre de Koji siendo controlada para que aquel parasito saliera hizo resultados, aquel parasito chillo cuando fue sacado a la superficie Koji rápidamente lo hecho al fuego.

Suspiro aliviado al ver que la hoja de su haya había cauterizado un poco la herida, pero aun el rostro de su mujer no parecía cambiar su expresión de dolor.

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Himawari miraba al suelo, había un conflicto dentro de ella, la culpa la carcomía y la esperanza parecía llenarla, Iruka parecía tener una sonrisa casi infantil, estaba demasiado feliz por completar una misión sabia que Yashiro lo iba a recompensar, o mejor aún el amo también lo recompensaría.

- ¿Por qué aquella persona importante me quiere conocer? – pregunto, si tenia que morir o algo por estilo tenia que saber las razones, Iruka parecía no responder - ¿Ahora no quieres hablar? Parecía gustarte estar de parlanchín hace unos momentos – el contrario miro por el rabillo del ojo a la azabache, cerro sus ojos y soltó risita.

-Si me das un beso tal vez te diga jeje –

-No en esta vida...ni en la próxima-

-Que lastima ~ - el peliverde esbozo una sonrisa burlona – Espera... ¿Si me besarías si yo me veo así? – Himawari soltó un suspiro no estaba ahorita para bromas idiotas, volteo su cabeza para decirle que dejara sus estúpidas bromas, pero lo que vio la dejo sin aliento, sus ojos se abrieron de sorpresa, no pudo evitar sentir asco y tristeza, frunció su ceño y lo miro con desprecio.

¿Cómo se atrevía a usar su rostro? Literalmente era el rostro de Kyojuro, ¡Hasta había cambiado su pelo! salvo por sus ojos que aun eran tenían el color original de Iruka

- ¡Quita su rostro de tu asquerosa cara! – intento darle un cabezazo, pero Iruka lo esquivo moviéndose a un lado

-También puedo imitar su voz – carraspeo varias veces y regulo su voz - ¡Hoshikawa-san me gustas! – soltó a Himawari de manera rápida para ponerla de frente y sujetarla de sus hombros - ¿Si me das un beso? –

You are my lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora