Capitulo 36

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Por un momento sintió como el aire le faltaba, sus mejillas se encendieron de manera fugaz y al estar tan pegada a el a causa del abrazo, su vergüenza se intensifico; se separo colocando sus manos en el pecho del rubio quien la miro extrañado por tal abrupta acción.

-A-ah...yo...– su cabeza era un lio de cables a punto de hacer cortocircuito

¿Le estaba pasando esto ahora? – se preguntó, su boca trataba de articular palabras entendibles pero solo salían balbuceos, Kyojuro no despegaba sus ojos de aquella pelinegra quien parecía estar al borde del colapso, no se sorprendió, ya sabía que iba a reaccionar así, el rubio miro hacia un lado pensando en que talvez su corta confesión fue impulsiva, pero como culparlo, se estaba controlando bastante ya de tenerla en frente suyo sana y salva.

¡Oh, Cuánto quería besarla!

Himawari sintió como el acariciaba su mejilla.

- ¡Tranquila! – hablo mostrándole una leve sonrisa – No es necesario que me respondas, creo que fue muy impulsivo – su mano fue hacia atrás sobando su nuca, recordó aquel día en la cabaña en donde se quedó y por impulso también la beso, no tardo en sonrojarse de igual forma.

La azabache respiro profundo y lo miro a los ojos, sus nervios aun se encontraban a flor de piel pero no podía quedarse aquí con él, tenía una obligación con Misae y con el señor Koji, apretó la tela del su uniforme.

-Kyojuro – lo llamo, su voz había sonado limpia sin rastros de aquellos nervios, el rubio se sorprendió al notar la seriedad de su voz – También me gustas – los ojos del contrario brillaron, escucharla decir aquello hizo que su corazón saltara de felicidad, Himawari desvió su mirada al notar la expresión del rubio, era demasiado para su corazón – Realmente me gustas mucho , pero no puedo aceptar tus sentimientos en estos momentos – Los labios de ella se apretaron y un nudo en su garganta apareció , esto no era lo que quería decirle pero era necesario – Tengo asuntos que resolver y si me quedo aquí es probable que aquellos problemas te afecten , como es probable que a mi familia también – su ceño se frunció –Es más ni siquiera debiste haberme visto hoy- reconocía su error , fue realmente tonto de su parte regresar por sus cosas , pero realmente quería hablarle y saber de su condición aunque se suponía que debía estar al margen de todo,

Himawari agacho su cabeza, eran demasiadas cosas por pensar.

El silencio fue algo largo, el rubio suspiro y puso su mano en el hombro de la azabache quien ante su tacto inesperado alzo su rostro.

Aquella expresión compresiva y amable que tenía el, fue suficiente para sentir la calidez en su pecho.

-Lo entiendo – soltó, bajo su mirada entrecerrando sus ojos por unos segundos, sus pestañas ocultaban aquellos hermosos irises típicos de él, su otra mano agarro también el otro hombro de la contraria – puedo sentir la determinación en tus ojos – su mirada conecto de nuevo con la de ella- ¡Realmente eres una pequeña caja de sorpresas! – Himawari parpadeo confundida, esperaba otra respuesta de el - ¡Esta decidido! – hablo con fuerza confundiendo aún más a la azabache –¡Voy a ayudarte! –

Sus ojos naranjos se abrieron mas de lo normal

- ¡No! – grito

- ¡Si! –

Himawari hizo un pequeño chillido de frustración, se acercó a él colocándose encima y agarro al mayor de su yukata, lo zarandeo como pudo diciéndole repetidas veces que no lo haga, teniendo como respuesta aquella típica carcajada sonora de él, la azabache se detuvo sabiendo que no podía cambiar su decisión, se puso en pie seguido del rubio

– Lo siento, pero me niego- el rubio cruzo sus brazos – No voy a dejarte sola otra vez sabiendo que estas peligro –

-Ten aprecio por tu propia vida...-

You are my lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora