Capitulo 33

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Los días eran pesados, los entrenamientos más duros, pero por alguna razón no podía avanzar más allá de lo que mis limites me permitían, seque mi frente sudorosa con la manga de mi camisa, deje escapar el ultimo suspiro y me senté en una de los banquitos de madera artesanal tratando de no pensar en el dolor de mi pierna derecha.

Misae camino hacia mi dándome agua.

-Muchas gracias Misa – le dije con cariño, en estos días nos hemos vueltos bastantes amigas y al menos con el señor Koji ya no es tan cascarrabias como antes, aunque claro tiene sus límites.

-No puede ser que aun no puedas dominar nada de tu sangre – El señor Endo entro a la casa guardando los implementos que habíamos utilizado – Es esencial para un Endo el completo dominio de sus habilidades ...- Misae quien lo escuchaba refunfuñar solo rodo los ojos

-Siempre así, solo ignóralo- soltó seguido de una pequeña sonrisa

-Lo entiendo...se parece un poco a mi padre...supongo – tome de un trago el vaso de agua – Puedo decir que a lo mejor serian amigos de copas –

- ¡Te estoy escuchando mocosa! – se lo escucho gritar seguidos de sus pasos acelerados viniendo hacia nosotras, cuando vi que cruzo la puerta de la Sali se nos quedo mirando con el entrecejo fruncido, en su mano traía el hacha con la que me había cortado la última vez – Saldré a cortar leña – su dura mirada se posó en mi para luego bajar hasta las cortadas frescas en mis brazos- Misae haz que coma bien , no quiero que este anémica - soltó para luego ponerse sus botas y avanzar hacia adelante, escuche a Misae gritarle que se cuidara y que no llegara tarde para comer.

Por otro lado, mis ojos miraron el cielo una vez que el señor Koji había desaparecido en el horizonte; Las nubes parecían estar negras y desde hace poco tiempo la temperatura del clima a estado bajando señal de que el invierno se acercaba, era muy probable que hoy tal vez nevara.

Mis suspiros salieron como vapor caliente por el frio y mi preocupación por no avanzar se aumentaba, Koji tenía razón ya había pasado algo mas que un mes y aun así no parecía aprender nada de lo que se tratara de aquellas técnicas ,lo peor de todo era la perdida de sangre debido a las sesiones intensas con aquella técnica de respiración de los Endo, apenas podía recubrir la hoja de el hacha con una fina capa de sangre antes de desmayarme, fuera de eso había mejorado en mi reflejos pero solo eso.

Tampoco ayudaba la segunda carta que me había enviado Oyakata-sama, donde me avisaba que mi funeral había pasado hace dos semanas algo que me pareció extraño leer considerando el hecho de que estoy viva, aunque no los culpo de pensar en que estoy muerta.

Estoy segura de que si me presento como si nada tendré problemas.

- ¿No estás pensando de más? – la voz de Misae tan serena como siempre me hablaba desde la puerta de entrada –

-Tal vez...realmente no importa – me obligue a levantarme y camine hacia dentro cerrando la puerta - ¿Qué harías si alguien que pensabas que estaba muerta aparece de la nada? – pregunte como si nada – Misae se encontraba en la cocina sirviéndome un poco de comida

-Eso sería extraño – vi como dejo el plato de sopa en la mesa sentándose también – Creo que me emocionaría, pero también me sentiría engañada – sus ojos notaron mi expresión adolorida por el simple hecho de que lo que me decía era verdad, lo que estaba haciendo era un engaño completo – Pero también me gustaría escuchar sus razones –

¿Tenía yo razones de no dar señales de vida?

Si y sonaba tan egoísta, el miedo que sentía por hacerme ideas de lo que pensarían los demás con todo esto de mi madre, pensar en que cada una de las personas que quiero me miren con odio o simplemente se alejen es algo que me dolería.

You are my lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora