Capitulo 43

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¡Ah! Una catástrofe

Un cosa era cierta estaba feliz porque su hermana estuviera casada pero no estaba feliz que ella le estuviera dando un regañón prácticamente a los dos, Kyojuro mantenía su cabeza alzada con una sonrisita mientras que Himawari miraba al piso muerta de la vergüenza.

- ¿Desde cuándo ustedes...? -

- ¡Hace algunos meses! – contesto el rubio feliz – la otra semana decidimos ennoviarnos –

-Con usted no me lo esperaría – miro a la pelinegra – Pero contigo si

- ¿¡Y eso por qué!? – pregunto sobresaltada –

-Con ese beso que le diste esta muy claro Himawari –

-Pero que hablas...tu ni te besas con tu esposo...-

- ¡Ah! – Yui llego hacia donde su hermana tapándole la boca - ¡No hablamos de mi, hablamos de ti! –

- ¡Estoy muy segura que...- su voz no salía – La noche de bodas...ni siquiera lo...-

- ¡No, no digas eso! – Yui retrocedió cuando sintió como su hermana menor lamio su mano de forma extraña para que la soltara - ¡Eres una pervertida! –

- ¡Mentiras! – miro hacia Kyojuro - ¡No le creas! –

El rubio tomo tranquilamente su taza de té, era bastante la diferencia de Himawari cuando estaba con el que cuando estaba con sus hermanas y eso lo podía notar, su personalidad variaba demasiado aunque aún así le fascinaba y le daba intriga.

-El abuelo te crio muy mal – Yui sacudió el polvo de su Kimono, suspiro resignada cuando vio como su hermana parecía no estar de acuerdo con eso – Ya está...no importa – miro hacia donde estaba el rubio - ¿A usted realmente le gusta Himawari? Suele ser bastante perezosa ¿sabe? -

- ¡No soy una perezosa! –

- ¡Me gusta mucho! – sus manos dejaron la taza en la mesita del centro – Y no, no creo que ella sea una perezosa, se esfuerza mucho para poder llegar a sus metas, en todo este tiempo me he podido dar cuenta de eso – Himawari al escuchar eso miro hacia el no pudo evitar sonrojarse – Podía ser impertinente decir esto pero creo que la conozco mucho más que ustedes –

Yui bajo la mirada, después de todo Rengoku tenía razón, ella no había convivido mucho con Himawari y por esa razón la conocía un poco a penas lo que recordaba cuando ella vivía con todas, aun así ella siempre estaba alejada de sus hermanas, no por decisión propia mas bien recordada como su padre era mas severa con la pelinegra que con las demás.

Por lo que solo tenia la vista de aquella Himawari pequeña de 9 hasta los 13 años huyendo de su padre para no entrenar o descansando en un lugar alejado toda sucia de polvo, lodo y sangre por los entrenamientos, además del cabello muy corto que tenía y que la hacía parecer un niño en vez de la niña que era.

Y verla ahora...era tan diferente.

Se sintió culpable por alguna vez decirle "salvaje" cuando accidentalmente ella había roto su muñeca favorita tratando de jugar con Yui, aun así le tenía cierta envidia, Himawari no era la única que se sentía diferentes a todas, aquella pelirroja enferma y delicada veía como sus demás hermanas eran fuertes y agiles con la espada...pero ella, ella no.

Ella tenia que quedarse en cama, atendiendo deberes tan fáciles como los del hogar, por eso le enojo aquella vez cuando antes de la selección final aquella primera prueba de Himawari, la misma llego a su habitación de noche.

-Tengo miedo..., hermana quiero huir, no quiero morir–

Y ella se enojó, se enojó porque si ella podía hacer las cosas que se le designaron hacer desde que nació ¿porque Himawari no podía hacer eso por lo que nació?

You are my lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora