Capitulo 28

221 37 1
                                    


Todo iba de mal en peor, la pelea había comenzado hace mas de 1 hora, como pude moví a Tanjiro lejos del escenario de lucha porque aquel demonio no solo atacaba a Kyojuro también estaba pendiente de nosotros.

He desviado varios carámbanos de sangre solida que iban directamente al pelirrojo herido, estaba consciente de que al interponerme contra esos ataques en cualquier momento me iba a dar, pero, aun así, lo intentaba.

Kyojuro por otra parte seguía el ritmo incontrolable de lucha de aquella mujer, con cada uso de su respiración parecía que todo se vendría abajo.

- ¡Maravilloso! – le había cortado una de sus manos que al instante se había regenerado, la sonrisa de aquella azabache que debía ser por lógica mi madre se ensanchaba cada vez más – Aunque ya se esta volviendo repetitivo ¿no crees? - el demonio había chocado aquella espada recubierta de sangre contra la del rubio, la presión se sentía en los músculos del pilar – ¿Por qué no te rindes y me das la vida de ese joven? –

- ¡Jamás! – grito, aquella mujer solo borro su sonrisa por la resistencia que estaba tomando el rubio y aunque a simple vista se veía que Rengoku era el mas afectado de la pelea no parecía querer rematarlo por completo

-Entonces morirás aquí con todos – la katana roja de sangre del demonio fue alzada – Jardín de espinas carmesís - Ataques rápidos y consecutivos fueron lanzados al aire, el suelo retumbaba en aire sintiendo el golpe de poder.

Ni siquiera vi como el rubio había sido herido en su frente causando una herida al igual en su ojo izquierdo.

Mire a todos lados horrorizada en busca de mi hermana, no podía moverme de aquí, el rubio me había pedido tratar de proteger a Tanjiro y no podía rehusarme, pero ahora viendo que la vida de el corre también peligro la desesperación en mi interior empezaba a crecer.

Apreté fuertemente la empuñadura de mi katana, me sentía inútil, no podía hacer nada para ayudarlo.

-Hoshikawa-san – llamo el pelirrojo, había visto mi expresión oscurecida por todos los pensamientos que martillaban en mi cabeza - ¡Déjeme aquí! Ayude a Rengoku-san – su petición había salido como un ruego, también estaba afectado por el obvio resultado que se acercaba con el pasar de los minutos.

Mi vista se dirigió hacia arriba al sentir una brisa una extraña sensación de brisa sobre nosotros.

¿Cómo? ¿Cómo es posible que pueda atacar dos puntos a la vez?

Mis ojos se contrajeron al ver una cantidad bastante preocupante de aquellas cosas, las cuales cayeron sobre nosotros con rapidez, tuve que moverme de manera veloz desviando cada uno de las extrañas flechas de sangre

- ¡Mierda! – grite al sentir que una de esas me había rosado peligrosamente el rostro dejando que filos hilos de sangre cayeran por mi mejilla

No tuve ni un momento de descanso cuando otra vez cayeron mas cosas de esas hacia nosotros.

¡Debía mantenerme fuerte! Y aunque todo mi cuerpo deseaba con toda el alma interponerme ante aquella bestial lucha no era tiempo de eso.

Un sonido doloroso se escucho por todo el lugar, las miradas del pelirrojo y las mías se dirigieron con horror al ver de dónde provenía aquel gemido de dolor.

No...no, no, no – repetía en mi cabeza

La demonio había traspasado el costado del pilar de fuego con una de sus armas causándole una letal herida.

-Ah ¡que graciosa fue esa expresión! – comento con burla – Te dije, es imposible, estas tan cansado, tan herido ¿No lo ves? – vi como se acercaba lentamente al oído del rubio – Tu muerte esta cerca y ahora matare a ese joven – susurro en su oreja – Hiciste todo por nada – vi como sus pupilas rasgadas me miraban por encima del hombro del rubio - ¡Himawari, hija mía! ¿Por qué esa cara? – pregunto con una sonrisa gatuna en sus labios , sus manos parecían querer empujar más al fondo su arma - ¡Ah verdad! Casi me olvidaba, tengo tan mala memoria que no me acordaba que este era el joven que me contaron que te acompaño a tu cabaña...aunque...- abrió su boca para continuar hablando, pero una lanza se incrusto justo dentro.

You are my lightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora