𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀 ᵏᵒᵒᵏᵛ

𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖊𝖎𝖘

Atria. Años atrás.
𝔄𝔱𝔯𝔦𝔞. 𝔄ñ𝔬𝔰 𝔄𝔱𝔯𝔞𝔰

— A la cuenta de uno, el lobo se despertará. A la cuenta de dos, el lobo se asomará. A la cuenta de tres, el lobo de atrapará — canturreó.

— ¡Papá! — chilló el cachorro y se escondió detrás de su madre.

El alfa empezó a fingir que sus dedos curveados eran garras y empezó a asechar al cachorro.

— El lobo te atrapará — repitió y soltó un gruñido de juego.

El cachorro soltó la tela del vestido y salió corriendo, soltando unas cuantas carcajadas sonoras por toda la casa. Su padre lo persiguió lentamente por un buen tiempo, hasta que al final aceleró sus pasos y atrapó a su hijo, quien estaba a punto de esconderse debajo de la mesa.

— Papá — chilló el cachorro entre risas — Me haces cosquillas.

— El lobo te comerá, yum, yum, yum — fingió agarrar sus tripas imaginarias con sus manos y comerlas.

El cachorro siguió riendo tanto y tan fuerte, que sus mejillas bronceadas estaban totalmente coloradas y el aire se le estaba yendo por tanta risa.

— Basta, basta — dijo sintiendo como las lágrimas se asomaban por sus ojos — Basta, papá.

— Amor, deja al niño — pidió la omega — Harás que moje sus pantalones.

— Yo no los mojo — dijo el cachorro — Ya soy un niño grande.

— Tete — dijo su padre — Eres el niño más grande de todos, cachorro.

Taehyung sonrió abiertamente y se abalanzó hacia su padre. El alfa empezó a llenarlo de besos y de sus feromonas.
El mayor se levantó del suelo con su hijo en brazos, la omega caminó hacia la entrada de la casa y abrió la puerta.

La familia Kim salió y empezó a caminar por las calles de Atria. El pequeño cachorro chupaba su pulgar con la cabeza recargada en el pecho de su padre, mientras el alfa intentaba aplacar ese cabello tan rizado.

— Tan indomable — comentó el alfa — Tu cabello es tan indomable, Taehyung. Creo que te lo necesitamos cortar.

— ¡No! — gritó y empezó a removerse entre los brazos de su padre.

El alfa lo bajó y empezó a correr por la calle.

— No corras, Tae — habló el alfa en voz alta.

Su madre rió con cariño y lo abrazó por su brazo.

— Es igual a ti cuando eras niño — sonrió.

— Tan temerario y rebelde — su padre también soltó una risa — Me sorprenda que haya nacido omega — se cruzó de brazos.