𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖙𝖗𝖊𝖎𝖓𝖙𝖆 𝖕𝖙. 𝕴

4.4K 418 137
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Los días en Alpharia comenzaban a sentirse eternos, haciendo al omega sentirse atrapado en un bucle donde no sabía dónde comenzaba el día y donde terminaba la noche, perdiendo la noción del tiempo.
La leche que producía su cuerpo era demasiada a comparación de sus inicios de su gestación. Muchas veces, soñó que esa misma leche sería para alimentar a su pequeño Eclipse y su pequeño Jihu.

Yeji continuó viniendo cada día a traerle la comida al omega sin falta, hasta el día de hoy que no vino desde el desayuno y Taehyung se quedó esperándola durante todo este tiempo, hasta que calculó que era más tarde, debido al hambre y como los cielos se empezaban a tornar naranjas, dando paso al anochecer.

En el nido que logró hacer con las prendas que también ella trajo en algunas ocasiones, se recostó, tratando de dormir para no pensar en la comida, hasta que escuchó un zarpazo en la puerta antes de abrirse.

— Ya no necesito tu comida — dijo malhumorado — Llegas tarde, Yejin.

Esperó algún reproche o que la alfa quisiera tocar su pancita para saludar a Eclipse, pero no, no lo hizo.

El omega abrió su ojo bueno y miró hacia el frente antes de poner su peso en su brazo derecho para intentar ponerse de pie y la miró con horror.

La cabeza sangraba tanto que su cabello se humedeció en el líquido rojo, bañando su frente, con sus ojos inyectados en sangre, haciéndole ver borroso.

— ¿Qué? — apenas logró sentarse — ¿Qué pasó? Ye...Yeji, háblame.

Estiró una de sus manos hacia ella, pero la alfa solo retrocedió y negó con la cabeza.

Su mirada estaba perdida, pero a la vez era alarmante. Ella no despedía feromonas con su olor, pero el lobo de Taehyung se sentía demasiado ansioso con su sola presencia.

— O-omega — habló ella con dificultad.

Su respiración era irregular, jadeaba por aire, pero sus pulmones se sentían y quemaban con fuerza.

— Yeji — repitió.

— Irte — dijo firme — Tener que irte, omega. Irte con bebé, para bebé y omega vivir.

— ¿Qué? ¿Qué dices? — su pulso se aceleró — ¿Y tú? ¿Vendrás conmigo? Estarás conmigo, nos iremos...

— ¡Ya empezó! — habló en voz alta — Purificación, día, ya empezó — bufó con sus narices — Omega irte, por bebé.

Le tomó de las manos y le ayudó a ponerse de pie. El omega casi cae al sentir sus piernas débiles, pero la alfa lo sostuvo por la cintura.

— Deber irte ya...

Empezó a jalarlo por su muñeca, pero el omega comenzó a forcejear para detenerla, haciendo que ella se volviera a él con miedo en sus ojos.

— Dijiste que no me dejarías ir — dijo apretando sus labios — Dijiste que... tenía que quedarme aquí — su voz tembló — ¿Por qué ahora? ¿Qué cambió?

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀 ᵏᵒᵒᵏᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora