𝖈𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖛𝖊𝖎𝖓𝖙𝖎𝖈𝖚𝖆𝖙𝖗𝖔

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𝔄𝔠𝔱𝔲𝔞𝔩𝔪𝔢𝔫𝔱𝔢

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Actualmente


Las aguas dulces corrían por los ríos tibios debido a la cálida temperatura del ambiente, las copas y ramas de los árboles se mecían con suave parsimonia siendo empujadas por la brisa de la tarde, bañando los cielos con tonos naranjas y rojos y blancas nubes dibujando formas entre ellas.

El carruaje se mecía por ir en el camino de tierra irregular formado por los cientos de personas, caballos y carruajes que han pasado por ahí todos estos años.

— Detén el carruaje — pidió.

El mozo obedeció y ordenó que se detuvieran. El omega salió casi corriendo, cayendo de bruces encima del césped cuando empezó a vomitar. Era la tercera vez en todo el viaje en que el rubio detenía el carruaje porque su estomago se revolvía por el movimiento y por, llevar a un pequeño cachorrito creciendo en ese vientre blandito y suavecito.

— ¿Todo bien, mi rey? — preguntó el guardia real.

— Jin... Jin — dijo repetidas veces.

El alfa se inclinó hacia adelante para poder sostenerlo de sus brazos y ayudarle a ponerse de pie. Yoongi se sostuvo de Seokjin por unos cuantos segundos, mientras el alfa lo sostenía con más fuerza.

— ¿Quiere que llame al rey Kim, señor? — preguntó.

— No quiero que me huela o al carruaje. Huele asqueroso — hizo mala cara.

Seokjin miró el lugar y luego hizo una seña para que uno de los mozos se acercara a traer agua fresca con hierbas de menta para disminuir su malestar y mal olor. El carruaje por dentro olía a feromonas agrias y algo de vomito; ese día Namjoon había salido a caballo para avanzar un rato así y luego regresar con su omega.

— ¿Cuánto falta para llegar? — preguntó el rubio.

— Unos cuantos días, mi señor — respondió el alfa cuando escuchó más quejidos de su omega.

Yoongi se obligó a sí mismo a guardar la compostura como su institutriz le enseñó y mantener la calma. Si, llegaba a sentirse ansioso o nervioso, el lazo llamaría a Namjoon y no quería preocuparlo de más, solo porque sus hormonas se encontraban alborotadas por estar embarazado.

— ¿Cuánto duró?

— ¿Duró que, mi señor?

— Los vómitos, estos... sentimientos peleándose uno sobre el otro para que aflore — lo miró a los ojos — ¿Tu omega estaba igual que yo cuando esperaba a tus cachorros Ser Kim?

El alfa parpadeó varias veces, y luego le regaló una pequeña sonrisa cálida.

— Mi omega tuvo momentos fuertes al principio del embarazo, luego se regula con el pasar de las semanas. Y bueno, lo peor diría que es a la hora del parto.

𝐋𝐄𝐀𝐕𝐄 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐋𝐏𝐇𝐀 ᵏᵒᵒᵏᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora