C A P I T U L O #20

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NIALL

Necesitaba estar seguro de todo,  no podía hacer nada hasta que no hubiera ninguna duda, debía ser una equivocación, ella no sería capaz de algo así, April es mia, sólo mia. Tome el móvil y marque a mi asistente. 

- Amelia.

- Niall - Contestó con preocupación la mujer. 

- Encuentra al hijo de perra que llevó esto a la empresa y haz que lo vea. No quiero escusas ¿Comprendes?

- Ya lo hice, y está dispuesto a hablar contigo. 

- Perfecto, también verifica que esto no se haya colado a la prensa ¡Hazlo que tengas que hacer!- La amenace sintiendo que mi mundo se desmoronaba, todo estaba pendiendo de un hilo, incluso respirar se me dificultaba por lo que afloje el nudo de la corbata. 

- Niall - Habló afligida–. Lo siento, esto ya salió en varios periódicos y en internet, no hay forma de detenerlo, de hecho el periodista fue quien lo mando. Todo el mundo está al tanto - Al escucharla sentí ganas de devolver el estómago del asco que me hacía sentir la situación, colgué casi hiperventilando. 

¡No podía ser, no podía ser!

Esto no podía estar ocurriendo, simplemente no. Al poco tiempo apareció Alberto con el rostro tenso. 

- Son reales, no hay duda - Me informó decidido.

- ¿Estás completamente seguro? - Quise saber albergando una pequeña esperanza. 

- Sí Niall, no tengo dudas. Sabes que tenemos los mejores equipos, esas cosas se detectan en un segundo, esto es real - Me puso de pie rápidamente, le arranque las fotos de la mano y salí de ahí decir más.

 Mierda, maldición. 

Esto era un puto infierno, mi puto infierno en realidad. 

Apague mi móvil sintiendo como si me ahogara. Maneje sin rumbo por varias horas sintiéndome completamente perdido. Después me estacione frente a un parque y sin bajarme del auto, saque todo lo del sobre y comencé a leer con las palmas sudorosas, con el alma apretada, con la ira contenida y la desilusión desbordada.

 Alguien se había tomado demasiadas molestias, pero eso ya que me importaba. April me traicionó, me mintió todo este tiempo. Hubiera podido meter las manos al fuego por ella y me hubiera quemado. 

Era una prostituta, jamás hizo esos trabajos, el informe decía claramente con bases, fotos y nombres que era otra especie de favores a cambio de dinero. Además, aparecía en varias imágenes muy cariñosa con una mujer que por lo que leía era su madre. ¡Se veían, mantenían contacto! 

Sentía que los pulmones se me paralizaban, Apenas si el día anterior en mi apartamento hablaron de que yo era su ángel, su todo.

 ¿Cómo era posible que me hubiese mentido así? ¿Qué me hubiese utilizado de aquella forma tan maquiavélica? 

Todo ese tiempo me engañó, me usó. Recordar la forma tan arrebatada e intensa en que compartimos nuestros cuerpos el día anterior sólo logró excitarme de nuevo y llenarme de odio, esa mujer me volvía loco. No habíamos ni atravesado la puerta del apartamento cuando ella se me abalanzó deseosa. 

[...]

- Te necesito... ahora - Me rogó sacándole la camisa del pantalón con ansiedad. No tenía que pedirlo de nuevo,yo siempre estaba desesperado por hundirme en ella.

 En la barra de la cocina la senté sin dejar de besarla, le subí la pequeña falda, le quite las bragas y la penetre sin titubear. El grito de bienvenida que soltó solamente logró excitarme aún más.

𝐔𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐄𝐧 𝐓𝐮́ 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 |NJH| EN CURSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora