C A P I T U L O #7

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APRIL

Niall tuvo que salir de viaje al día siguiente de nuestra conversación.

Dejó a cargo  a Ciro, y se despidió rápidamente de mi.

Los días comenzaron a pasar.

Cada vez me sentía y veía mejor, incluso regrese a la universidad. 

Por la mañana estudiaba, al regresar a casa, Ciro verificaba que comiera antes que nada, después hacía lo deberes, bajaba a tomar el sol los diez minutos recomendados y el chófer me daba clases de manejo aproximadamente media hora diaria, para cuando anochecía, ya estaba agotada, ingería lo que me obligaban a cenar y enseguida quedaba inmersa en mis sueños. 

Mis días se pasaban de prisa y cada vez tenía más energía.

Niall ya llevaba dos semanas fuera.

No tengo idea de la cantidad de negocios y dinero que él posee, pero comenzaba a sospechar que no era poco ya que trabajaba muchísimo y viajaba por todo el mundo, según me había comentado Carmen en alguna de sus visitas. 

Él prácticamente no hablaba conmigo, pero si con el encargado de la casa. 

Aunque siempre me mandaba saludos, sin embargo, cada día sentía más su ausencia. 

¿Qué me esta pasando? Niall es un gran hombre, pero no debo confundirme, lo que sentía era mucha gratitud y ¿Quién no?

En unos meses mi vida ya no era ni por casualidad lo que fue o podía haber sido.

Gracias a él, Aiden y Ellie  estaban muy bien, Andrea y Mario los adoraban y estaba disfrutando por fin de todo lo que se merecían. 

Los visitaba todo el tiempo y si no ellos venian a verla.

 Ahora me sentía en paz, tranquila y fuerte, lista para enfrentar la vida, lograr lo que siempre me propuse. 

Y todo eso era gracias a aquel hombre de mirada color aceituna que buscó, sin pedir nada a cambio, ayudarnos para que nuestro futuro fuera mejor del que se vislumbraba y sabía tendría si hubiera continuado en aquel estado.

Mi cabeza da vueltas y vueltas aun cuando estoy recostada en el pasto tomando un poco de sol y observando las nubes moverse lentamente con el viento. 

Me sentía ligera. Sonreí alegre. 

De pronto sentí que algo me olisqueaba, una pequeña nariz húmeda se me acercaba a la cara. 

No era uno, sino dos cachorros labrador, uno negro como la noche y otro, miel. Me incorporó de inmediato sorprendida y los cargue a los dos riendo ante lo contentos que se mostraban.

-¿Y ustedes quiénes son? Qué lindos son - jugué con los dos al mismo tiempo en el que soltaba carcajadas al ver la energía de los cachorros. 

En ese instante fue consciente de que alguien me veía desde uno de los enormes ventanales que separaban la casa del jardín. 

Era él.

Mi corazón comenzó a martillear un poco más rápido y el pulso se me aceleró, me sentí una tonta al verlo de aquella forma, era demasiado guapo, demasiado hombre y demasiado lejano. 

Camine hacia él perturbada hasta que me detuve ante el nerviosa.

–Hola, Niall 

Niall se quedo sorprendido al verme frente a el.

- Veo que te encuentras mucho mejor - logró decir apenas se recupero.

Le regale mi mejor sonrisa al tiempo que asentía.

𝐔𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐄𝐧 𝐓𝐮́ 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 |NJH| EN CURSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora