C A P I T U L O #3

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EN EL CAPÍTULO ANTERIOR...

- Tómalo como paga de los días que me has ayudado con la casa, y tenemos que hablar de lo que quieres ganar durante el tiempo que trabajes aquí, para mí. Además de... Otras cosas - April puso cara de fastidio.

✨✨✨✨✨✨

NIALL

- Págame lo que prefieras, eso me da igual y no sé de qué otras cosas podemos hablar tú y yo que no sea de cómo te guste que tenga tu casa - refutó con sarcasmo.
 
 Dios, sí que era difícil esta niña, pensé entre divertido y exasperado, esas no son las reacciones que despertaba en el sexo opuesto y me parece refrescante ver la indiferencia de ella. 

Respiro profundo y tranquilamente haciendo acopio de paciencia.

  - Si te da igual lo de tu paga está bien, las "otras cosas" - la imite entre comillas – son las reglas y horarios. ¿Vas en la mañana o en la tarde a tus clases?

 - Por la mañana - contesta de mala manera. 

- Bien, entonces en la tardes trabajarás en la casa y harás tus deberes. Los fines de semana las salidas no se pueden extender a más de medianoche ¿Estamos? - Ordene firmemente.

 April sonrío cinicamente.

- Como quieras, eso también me da igual, ¿algo más "jefe"? - Respondió descaradamente.

 ¡Ah! De verdad deseaba sacudirla.

 – Me parece que por ahora es todo, conforme vayan sucediendo las cosas las iremos hablando. 

- Muy bien - se levantó de la silla acercándose de nuevo a la puerta.

 Antes de que saliera, la detuve haciendo que se volteara y me mirara  fastidiada. 

 – Ahora ¿qué? - La tomó suavemente por los hombros. 

- ¿Estás mejor? - La furia regresó al rostro de la chica, me hizo a un lado bruscamente y salió indignada.  

(...)

APRIL

Las semanas comenzaron a pasar. La rutina se comenzó a hacer cada vez más clara.

 Me se levantaba muy temprano,  iba la universidad, regresaba a medio día, comía y hacía los labores de la casa, por último dejaba cena hecha para Niall y me encerraba en mi pequeña recámara a estudiar y hacer sus tareas escolares.

 Aunque viviéramos en la misma casa, coincidía muy poco con Niall, o por lo menos  es lo que intentaba.

 Sin embargo, cuando llegaba el fin de semana, la situación era diferente, lo veía más, aunque siempre procuraba estar lo más lejos posible de ese hombre que de alguna u otra forma,

 Al paso de los días, comencé a inquietarme  de una forma  no agradable.

 Los sábados y domingos aprovechaba para visitar a mis hermanos, por supuesto siempre teniendo al tanto a Niall de dónde me encontraba dejando notas en la cocina.

𝐔𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐄𝐧 𝐓𝐮́ 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 |NJH| EN CURSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora