C A P I T U L O #12

112 17 72
                                    


NIALL

Esta noche más que otras, necesitaba verla.

Subí sin hacer ruido, al llegar a la planta alta camine hacia la derecha lentamente para toparme a unos cuantos pasos con su habitación, sujete el pomo de la puerta y lo gire delicadamente.

La abrí despacio, asomé mi rostro con cuidado y... ¡Ella no estaba!, su cama estaba tendida.

Entre embravecido.

Prendí la luz y fui directo al baño, pero ahí tampoco había nadie, abrí su armario y todas sus cosas estaban ahí. 

Mi cabeza iba al mil por hora ¿Dónde estará? ¿Habrá salido con alguien y todavía no llega? Sacudí la cabeza sacándome esa idea de la cabeza, ella no llegaría al amanecer. 

Pero... ¿Dónde estaba, entonces? ¿Le habrá sucedido algo y no me pudieron avisar? Agarre mi móvil, pero no tenía ninguna llamada perdida. Camine hasta la cama y me senté sobre ella, tome un suéter que se encontraba descuidadamente puesto sobre el edredón y me lo lleve a la nariz, su olor me embriagó completamente y surgió un pensamiento que ya no puedo detener.

 "Te amo"

 Ya no me importaba negarlo, esa era la verdad, esa mujer lo era todo para mi y en el afán de ignorarlo y luchar contra el sentimiento sólo logré incrementarlo. 

De pronto escuche pasos por el pasillo, solté lo que traía entre las manos, anduve discretamente hasta la puerta pero no pude evitar ser visto.

–¿Qué haces aquí? —Era Ciro. No supe qué responder, pero de pronto recordé que tenía algo más importante que preguntarle.

- ¿Dónde diablos está April? - El hombre volcó los ojos y me estudió sonriendo y negando a la vez. 

- Se quedó a dormir con la señora Andrea, últimamente lo hace con frecuencia - Me informó secamente.

Me sentí desconcertado, él no sabía nada, nadie me había dicho.

- ¡¿Y se puede saber por qué yo no estaba enterado?! Ese  es tu trabajo, Ciro - A Ciro le importó poco mi arranque de furia.

- Porque no estás ya nunca aquí y como bien dices, es mi trabajo y lo hago estupendo - Salió de la habitación dejándome en la puerta con la rabieta bien instalada.

- ¡Eso son pretextos! Tengo el móvil o me pueden dejar recado con mi asistente. Tú lo sabes perfectamente - Lo acuse.

- Te aconsejo que te vayas haciendo a la idea de su ausencia, pronto tus sigilosas merodeadas a esta recámara tendrán que dejar de ser - Lo miré atónito ¿Ciro sabía lo que hacía en las noches cuando dormía en la casa?–. Sí, sé que lo haces de unas semanas para acá.

- Te estás pasando de la raya Ciro - Le advertí haciendo un esfuerzo increíble por controlarme.

- No, sabes que no, el que se está jalando esta raya de más eres tú. Y como continúes así ella va a desaparecer de tu vida tan rápido como llegó, luego no digas que no te lo dije - Palidecí al escucharlo.

- ¿De qué hablas, por qué dices eso? - Ciro continuó acomodando una ropa limpia –. Por favor, dime a qué te refieres —rogue más dócil.

- April se quiere ir de aquí - Volteo a verme.

- ¿Te lo dijo ella? - Ciro asintió. 

Sentí la boca seca y un agujero en el estómago, ella no se podía ir, no podía dejarme, la necesitaba.

 La amaba. Mierda.

- Siente que ya hiciste demasiado por ella, que este ya no es su lugar, que debe buscar su propia vida.

𝐔𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐄𝐧 𝐓𝐮́ 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 |NJH| EN CURSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora