C A P I T U L O #2.

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NIALL

Ahora, sentado en el sillón, siento que lo que me deparaba la vida es demasiado incierto y una parte de mi duda que lo que hice, fuera mi mejor opción. Ni en mis más remotos sueños pensé que las cosas que se verían así.

 Hace menos de una hora que Aiden y Ellie se salieron de allí, y la casa ya se sentía vacía.

¿Cómo era posible?

Lloraron mucho cuando les hablé sobre su futuro y ese día aún más. Pero los niños sí confiaban en mi, sabían qué era lo mejor y así se los dije.

Andrea y Mario, llegaron puntuales por ellos, les brindaron las más grandes de sus sonrisas y platicaron un rato en la sala.

Con ayuda del conserje metí las pocas cosas que había logrado recuperar del orfanato a la cajuela del coche de Mario.

Una vez listas las maletas, Mario y Andrea estaban por dar marcha, cuando veo a  April que salió en busca de los niños y les dió un gran abrazo a los dos, como una madre a la que le quitan a sus hijos.

Observé ese cuadro, sabía que algo así sucedería, el enojo de April hacia mí no podía llegar hasta el extremo de dejarlos ir sin despedirse.

April se instaló en la recámara de servicio, no era esa la intención de Niall, sin embargo, sabía que lo hacía para hacerlo sentir miserable con su decisión, así que no dijo nada y le permitió hacerlo qué pensará que era mejor para su humor en ese momento.

Andrea y Mario entendieron enseguida que era lo que pasaba, ella debía ser la hermana mayor que estaba renuente a separarse de sus hermanos.

Me acerco a la pareja algo contrariado.

 - Lo siento, todavía está molesta conmigo por lo que hice, por eso no había salido de su habitación, pero está bien. Yo veré que esté bien - Lo último lo dije más para mí mismo que para ellos.

 - No me lo imaginaba así la verdad, se ven muy unidos. Jamás van a dejar de estar juntos, lo prometo, ella podría venir todas las veces que quiera.
Yo entiendo muy bien la sensación de perder a alguien que amas - Andrea respondió sin dejar de observar a las tres personitas que lloraban y se abrazaban.

- Gracias Andrea, sé que así será y fue por eso que pensé en ustedes.-  La mujer me miro al percibir duda y tristeza en mi voz.

- Tú también estás invitado a visitarnos cuando desees, sabes que te queremos hijo. -  Me abrazó fuertemente mientras continuaba susurrando pequeñas palabras para que solo yo pudiera escucharla.

- Estás haciendo lo correcto de verdad créeme, estos tres chicos algún día lo entenderán. No eres cobarde por no quedarte con ellos, sabes tus límites y eso habla muy bien de ti - Me  dió un beso en la mejilla y se separó tomándome ahora las manos.

- Tu cumple con tu parte y cuida lo mejor que puedas a esa chica. Aunque ahora al que la veo, no sé si sea buena idea que se quede contigo, se ve que tiene un carácter muy duro y bueno, es muy bonita - Entendí perfectamente a lo que Andrea se refería.

Era justo la duda que estuvo rondando en mi cabeza desde el día  que la ví, no sabía si lograría mantenerla cerca  sin que algo sucediera, pero de lo único que si estaba seguro, era que no la dejaría nunca sola.

- No te preocupes Andrea, sabré sobre llevar las cosas, créeme —la mujer río al escucharme tratando de convencerse.

- Lo harás Niall, sé que lo harás. ¿Sabes? En la vida nada es coincidencia, todo pasa por algo.-  Sonreí con vacilación.

𝐔𝐧 𝐄𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨 𝐄𝐧 𝐓𝐮́ 𝐂𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧 |NJH| EN CURSO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora