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Rin vió entrar a Naraku por la puerta, ella mostró su sorpresa saltando ligeramente.
El demonio se acercó mirándola profundamente tomando su barbilla con la mano sutilmente, contemplado así de cerca, el rostro de la humana.
Despacio, la besó con gran delicadeza.
Sus labios acariciaban con tanta tranquilidad que lo abrumaba. Quería devorarla y hacerla suya en ese momento. Quería desnudarla despacio y sentir su piel. Pero sabía que tenía que llevarse todo más despacio. No quería asustarla nuevamente.
Rin mostró un semblante agonizante, odiaba de sobremanera ser usada de esa forma, nadie merecía pasar por una situación similar. Sobre todo, porque sabía cómo terminaría.
A pesar de todo ello, la forma en la que su acompañante la trataba últimamente era muy diferente.
Se detenía a contemplarla y acariciarla detenidamente. Pareciera como si él, en verdad, disfrutará tenerla a su lado a pesar de la ruin forma de desenvolverse.
Ella continuaba sintiendo temor al estar vulnerable ante él, pero desde hacía ya un par de días para acá, era como si él simplemente llegara a la habitación a relajarse y estar un rato con ella.
Era una situación verdaderamente extraña y agobiante para la castaña. No sabía que hacer.
Naraku separó sus labios mirándola a los ojos. Acarició su mejilla y se sentó en el sillón junto a la cama.
Naraku: Acércate. —Le indicó que se sentase en sus piernas
Rin sin muchas ganas caminó hacia él. Se colocó en sus piernas mirando hacia enfrente prestando atención a la enorme ventana frente suyo. El demonio acercó su rostro hacía su mejilla olfateandola mientras repartía pequeños besos por doquier gruñendo deseoso. Rin sólo sentía un escalofrío recorrer su espalda.
¿Qué es esta sensación?
Se preguntaba repetidas veces sin pensar mucho en la respuesta.
El yokai comenzó a besar su cuello suavemente, repartía besos y mordisqueaba sin dejarle algún rastro de ello. La trataba como si tocará un cristal frágil, como si fuese a romperla en pedazos.
Bajó el kimono de la humana dejando ver su caucásico hombro, su piel descubierta lo hacían delirar perdiéndose en ella. Continúo besando su blanca piel mientras con su mano la tomaba de la cintura. Sus impulsos parecían no poder ser controlados.
Sin poder contenerse más, levantó a la humana en brazos y caminó hacia la cama recostándola.
Rin no decía ni una sola palabra, estaba harta de discutir y saber que terminaría todo de la misma manera. No podía hacer mucho, no tenía oportunidad revelándose, no era la primera vez que tenía ese tipo de pensamientos y, por más que diese vueltas, no tenía opciones más que la recién propuesta de su nueva aliada. Tenía que complacerlo esta noche para poder pedirle lo que fuese después y así huir sin problemas.
Era la luz al final del túnel.
Su gran esperanza de ser libre.
Naraku se posó sobre ella, la miró perdida en sus pensamientos, con su mano dirigió la mirada de ella hacia sus ojos en busca de su atención girando bruscamente el rostro. Comenzó a devorar ferozmente sus labios mientras que sus manos se movian rumbo a sus muslos acariciándola. Por nada del mundo cambiaría esto, le fascina tenerla con él. Le encantaba el calor de su cuerpo y el sabor de sus labios. Era inaudito todavía para su mente como en un abrir y cerrar de ojos quedó encantado ante ella. Seguía siendo difícil para su orgullo entenderlo, pero no tenía intención de ocultarlo más.
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🌸 Descifrando mi corazón 🌸 (Sesshorin) +18
Hayran KurguSesshomaru, un joven yokai descendiente de un linaje prestigiado de demonios, se encuentra en la búsqueda del poder que le corresponde por herencia para tomar su puesto al mando de las grandes tierras del oeste. Sin embargo, en su camino se cruzará...