Capitulo VI

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Arco I.

Vino Escarlata.

Capítulo 6.

[...]

No por tener algo bonito, tengo que romperlo.

No es tuyo, cariño, nunca será tuyo, siempre habrá una flor entre tu camino, haciendo que tropieces, que caigas. 

[...]

No, no pudo descansar, el sueño parecía no tener presencia sobre su cuerpo agotado y sudado. Se encontraba exiliado por  el insomnio, dictador de su cuerpo. Su cabeza solo divagaba, nada concreto u importante, sólo eran pensamientos sin relevancia alguna.

Las respiraciones, y los latidos ya no le ardían, todo gracias al medicamento que la ojiazul le había dado, si no fuera por esas asquerosas pastillas de tamaños inmensurables, y las inyecciones, sinceramente no sabría que sería de él. Harry no había tenido visitas, en excepción de una chica que vigilo de él. Nada especial, sólo era una chica de limpieza que tomaron como enfermera.

Mientras más tiempo permanecí acostado, más desconocía, la casa, la ubicación, y el personal. Harry era conocedor de todas las mansiones situadas en Italia y a sus afueras, pero esta no. Nada, ni un rostro conocido, mucho menos cuadros que le relataran indicios de los dueños. La mansión no era perteneciente a la familia Tomlinson, eso ya le tenía seguro, ya que cuando llegaron todo fue muy extraño, el trató y el hecho que no supieran dónde se encontraban "sus habitaciones", el exceso de guardaespaldas que los acompañaron lo de destacó al recordar sus vendas. Era más que evidente que la casa no le pertenecía a los Tomlinson.

Era obvio que tendrían mucha mas seguridad después del percance que había tenido en su mansión principal. Su cabeza hubiera seguido divagando y cuestionándose, sino fuera por el dulce olor del campo, la ventana estaba a un cuarto de estar abierta, dejando entrar luz y el dulce aroma que desprendían las bellas flores que adornaban el jardín. El viento estaba a su favor, la corriente iba del lado correcto, dejando que las flores rocen su rosada nariz, y el dulce olor llegara hasta sus fosas nasales, aire que pintaba sus mejillas y nariz de un rosa tenue y suave.

Al parecer la ensoñación no era adecuado para su situación, ya que en un cerrar y abrir de ojos, alguien ya tocaba de la puerta. Harry aclaró su garganta y con un tono melodioso un tanto adormilado emitió un "adelante", un poco alto, para que fuera audible para la persona que esperaba del otro lado de la puerta. Una vez que Harry dijo eso la puerta fue abierta con lentitud, tanto que lo abrumo, y la impaciencia lo consumió.

El brillo de uno zapatos negros y limpios hizo destellos, no había gris, ni un tono desgastados, mucho menos texturas rugosas en aquellos zapatos negros, las agujetas  bien colocadas y justas al zapato, los calcetines no eran visibles, el corte del pantalón tapaba de la tela, negro y más negro. Sin arrugas o pliegues, liso, sin imperfecciones, la hebilla reluciente, el cinturón igual, apretando su cintura, los botones cerrando el traje, la manos a la altura de su pecho, debido a que cargaba una bandeja cono lo que parecía ser comida y medicamento, su camisa era blanca. El saco hacía relucir su espalda, dando la ilusión que es más ancha.

Mentón leve mente partido, mejillas lisas y lindas, un nariz bonita, y sus ojos, el sol rozando, con el verde y el azul siendo combinados. El cabello, rubio, rubio como ningún otro. Lo miró por completo, boquiabierto, sin creer lo que sus ojos le dejaban ver, era él, realmente era él.

Con pasos firmes se acercó a la cama dónde Harry descansaba, dejando la bandeja en un buró que estaba situado a un lado de la cama. Para después gritar.

Vino EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora