Vino Escarlata

Capitulo XIX

¡Aviso Importante! este capitulo tiene contenido algo inapropiado; sexo explicitó. Una vez informado, disfruten del capitulo personas lujuriosas, hijas del pecado, amén.

Arco I.

Vino escarlata.

Capitulo 19.

[...]

Y el sólo pensamiento le hace dar un vuelco a la irrealidad. Un sopor de alevosía. Un sopor que obsequia entereza, obscenidad.

[...]

Su respuesta fue afirmativa, algo qué quedó más qué claro. La mayoría de la madrugada la pasaron mirando el jardín del rizado, otorgándose suaves caricias, y lentos besos, tan lentos qué podían disfrutar el sabor del otro, y lo dulces qué eran sus labios, probando una tras otra vez de los labios ajenos, los cuales ya estaban pintados por tonalidades altas de ojo, y levemente hinchados.

Entre momentos, de lo qué parecen ser los más especiales e íntimos, Harry se acerca al pecho de quién lo abraza con ternura, y entierra su nariz en este, buscando llenarse de aquel aroma qué ama, suspirando lento, y de vez en cuando haciendo un mohín con sus rellenos y rojos labios al no recibir la atención qué desea. Mientras qué el alfa ríe, al grado de qué de sus ojos se filtran pequeñas lagrimas al ver los gestos del menor.

Louis no podía estar más feliz, tenía a su omega entre sus brazos, quién miraba embelesado las flores qué conformaban su ahora ya jardín, ronroneando ante las leves caricias qué le proporcionaba, mencionando cuanto le gusta, qué desea correr entre ellas, tocar las diferentes texturas qué lo aguardan, conservando una mirada curiosa llena de brilló. Y de vez en cuando logra sentir cómo el rizado trata de esconderse en sus hombros, algo tímido.

También logra sentirse bien, por las débiles y soñadoras palabras qué Harry susurra, estás siendo tan delicadas y bajas, cómo si temiera de qué alguien lo reprimiera. Pero no, Louis sólo desea escucharlo, sin tener qué oír un tímido "lo siento" cada vez qué se deja llevar por sus emociones y qué se expresa sin filtros. No importó la cantidad de veces qué el alfa le pidió qué no había razón por la cuál pedir perdón, y cómo era de temerse el omega sólo se disculpó.

No sé permite decirle algo más, así qué decide guardar silencio, esperando con anhelo las tiernas palabras de Harry, implorando porque hable sin miedo, tal y cómo lo hacía segundo atrás. Y es qué el simple hecho de qué el rizado expresará su tópico de aquella manera siente sus piernas temblar y con su corazón latiendo más rápido de lo inusual. "Es lo más bonito qué alguien ha hecho por mi" le dice el menor, con su voz dulce, cómo si un caramelo se derritiera en su boca, tan melodioso y afinado qué logra escuchar los fuertes latidos de su corazón con el frenesí y el amor siendo desbordado.

Admite, qué no hay mejor sensación qué eso, qué no existe acto, o palabras qué puedan superarlo. Pero en cuando siente qué Harry busca tacto con su manos, sonríe, sintiendo cómo su corazón y respiración se vuelven más tranquilas, ambos creando un ambiente de serenidad, tanto qué ninguno siente la necesidad de entablar una conversación. 

También se sorprende por los repentinos espasmo qué el rizado tiene de vez en cuando, por lo suave y deleitable qué son sus caricias a la piel lechosa de este.

Entonces acepta qué el chico de ojos verdes cómo esmeraldas y con rizos qué rozan lo perfecto, lo hacen sentirse bien, en un ambiente cálido, acogedor, cómodo cómo nunca antes. Louis le recita las más hermosas palabras, siendo susurradas, cómo un pequeño secreto, temiendo qué alguien ajeno a ellos pudiera escuchar aquello, la simple idea le da celos. Desea qué sólo sean audibles para su omega, para nadie más.