Capitulo XVII

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Arco I.

Vino Escarlata.

[...]

Desearlo era desear un pase directo al infierno, pero besarlo, besarlo era tocar el paraíso.

[...]

Los gritos al borde de ser alaridos, con algunos bramidos, representaban un pequeño porcentaje de lo qué envolvía el ambiente de aquel clandestino lugar. El repugnante olor penetro sus fosas nasales sin avisos o indicios de este mismo, el aroma qué solía tener el alcohol era presentado en todo su esplendor, asimismo el peculiar y agobiante olor de la mariguana, sin omitir los fuertes aromas qué desprendían los espectadores: ira, inconformidad, pavor, inclusive el aburrimiento era palpable, definitivamente se sentía asqueado por ello.

No lo soportó mucho tiempo, así qué con sus dedos cubrió un poco de su nariz, no pretendía estar todo el tiempo a sí, sin embargó si mientras su alfa se acostumbraban a los fétidos y nauseabundos aromas qué los alfas y omegas soltaban. Sin lugar a duda, él de enseguida se retiraría del lugar, sin objeciones, olvidando las repercusiones qué podía tener semejante falta de actividad. No obstante, su omega estaba apunto de meterse a la boca del lobo, tenía qué presenciar aquello, por más qué no le gustase la idea de ver al tierno e indefenso omega ahí adentro, con quién sabe qué tipo de contrincante, tenía qué brindarle su apoyo, y confiar en la decisión qué había tomado.

Harry había desaparecido de su vista minutos atrás, debido a qué el mismo decidió retirarse para al fin salir a pelear, y él también lo había hecho, estaba en curso, para ser más específicos, y para su mala suerte con Niall a un lado, hablando de las terribles cosas qué le podrían pasar a el omega, sí, indiscutiblemente el rubio era el tipo de compañía qué necesita, por supuesto.

Al percibir qué el caminado de Niall era tembloroso y bastante lento, optó por tomarlo de los hombros, colocándolo enfrente, guiándolo. Los gritos no sobraron, claro estos por parte del omega rubio, quién ya no parecía estar tan maravillado por el lugar, y se espantaba por cualquier cosa qué viera, sin pasar por alto qué este mismo parecía querer vaciar su estomagó ante la más mínima suciedad qué encontraba, el camino había sido bastante largo.

Y lo era, hasta qué logro divisar a los inversionistas a unos pasos de ellos, quiénes le sonrieron para luego alzar su mano, en referencia de qué se acercará, lo cuál así fue.

—¡Louis!—Le alzó la voz una del circulo social de quiénes lo esperaban, con entusiasmo y alegría.

En respuesta Louis hizo a un lado a Niall con cierta sutileza, sólo para no verse falto de modales incluso evitarse verse brusco, para después sonreírle a Jamen, quién le tendió la mano, esperando su saludo. Una vez qué lo saludo con un entusiasmo qué no compartía le dirigió una mirada a su alrededor, sonriendo levemente, alzando de sus cejas y inclinando un poco de su cabeza.

—Pensé qué ya no nos darías el honor de tener tu presencia.— La burla con la qué el hombre habla le saca una carcajada a Louis.

—No, para nada.— Negó un par de veces con su cabeza, sin eliminar la fina línea qué surcaba sus labios; una perfecta sonrisa reluciente.—Tuve algunos asuntos qué atender.

—Entonces es cierto qué Harry volverá a pelear. —James le dijo, con simpleza. Tomando el silencio de Louis cómo respuesta afirmativa.

Vino EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora