Arco II.
Vino Escarlata.
[...]
Siempre tratamos de hundir demonios qué saben nadar.
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El casi inexistente vapor qué salía de su tasa de té, calentaba vanamente de su barbilla. A veces se permitía sonreír por la acción en concreto, si bien, le gustaba sentir el calor qué la tasa le podía proporcionar, y que mejor qué un tranquilizante ante sus repentinos nervios bastante notorios e imprudentes.
De porcelana, con la orilla completamente bordeada, con la separación perfecta a la tasa, con la orilla del mismo, coloreada del dorado más delicado y brillante, dando la ilusión de ser oro lo qué se esconde en el plato. Con la mano derecha era qué llevaba el té a sus labios, mientras qué con la mano izquierda mantenía lo qué parecía ser su sexto cigarrillo.
Se encontraba sentado en uno de los sillones individuales qué conformaban parte de la sala de estar, con sus piernas cruzadas, y con uno de sus guardaespaldas a un lado para sostener el cenicero dónde ya yacían cinco y casi seis colillas del este mismo.
Si bien, la llegada de la tan misteriosa dama era toda una sorpresa. Era Bianca Marino, su mejor amiga durante toda la escuela primaria y casi secundaria. No hubo mal entendidos, puesto tanto Louis cómo Bianca tenían una orientación sexual bastante diferentes, y al ser lo exiliados de entre sus fantoches compañeros fue qué se forjó tan bella amistad.
El alfa era conocedor de qué Bianca desde muy pequeña presentó cierto gusto por las mujeres, y en efecto, era una mujer lesbiana. Quién resultó ser la pareja de nadie más qué Gemma Styles, la hermana de su omega. Sin lugar a duda espera todo menos aquello. El hecho de estar enamorados de dos Styles era asares del destino o quizá no.
No quiso entrometerse, mucho indagar sobre su relación. Si bien, Bianca estaba ahí para supuestamente contraer matrimonio, así qué al querer evitar momentos incomodos, descartó el cuestionar en relación al tema.
—Mi padre me ha exigido qué la boda se lleve acabo en Londres.—Bufó. Fatigada y hastiada de la situación por la qué su padre la sometía. La simple pronunciación de una boda, le daba arqueadas, con miles de malestares embarcando su cuerpo.
Louis acercó sus delgados labios a la pequeña tasa, dando un sorbo, suspirando al sentir el calor de este mismo recorrerle la garganta. —¿Puedo saber porqué?—Volvió a beber del té, negando levemente con la cabeza, no se consideraba un gran amante de bebidas calientes, sin embargó hacía responsable al rizado por despertar ciertos gustos, cómo ese, en él.—Claro sí no es muy impropio de mi parte.
Insistió. Deseaba saber del porqué las exigencias sobre su familia, pero a su ves no entrometerse en algo qué hasta cierto punto no le correspondía.
—Para nada.—Negó con su cabeza. Mientras introducía una de sus manos en los bolsillos de su saco, y en efecto buscaba algo. Extrajo el encendedor y en seguida mantuvo el cigarro entre sus labios y lo pendió, así dándole la primera calada al embriagante placer dañino.—Desconozco por completo si te mencioné qué mi padre se encuentra firmando unos contratos importantes ahí.
Separó el cigarro de sus labios y dejó qué una risa espontánea escapará de sus labios rojos—Si con anterioridad no lo mencione, ya lo hice.
El ruido qué ocasionaba su tacón al tocar el suelo le daba cierto escalofrío qué le recorría la columna vertebral. No obstante, también le causa placer el ruido qué ella misma provocaba, cómo si impusiera sobre ellos. Bastante extraña la contradicción qué lidiaba en su cabeza.

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Vino Escarlata
FanfictionHarry Styles, omega, príncipe de las tinieblas. Louis Tomlinson, alfa, rey del fuego y el renacer. Un omega y un alfa en busca del más precioso imperio. 🥀🥀🥀 La muerte del jefe, la nota roja de los periódicos, la oportunidad de oro para las famili...