Capitulo XX

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Arco II.

Vino Escarlata.

Capitulo 20.

[...]

El caramelo se derretía sobre las hojas cuál helado de vainilla, con él, siendo mi más dulce melodía.

[...]

Los gemidos siendo ahogados, sus labios temblando, su piel brillando, y el lubricante bañándolo. Con el ardor quemando su piel, haciendo qué nazca el ferviente placer. Todo absorbiéndolo de una manera qué se incapaz de rogar por lo qué tanto necesita, por lo qué su cuerpo le exige.

Con sus labios siendo cruelmente usados, debido a qué relamía con desespero, ensalivándolos hasta morderlos, volviéndolos presas de sus dientes blancos y afilados.—Vamos, follame de una...

Louis frunció su entrecejo, denotando su severo estado de confusión, llevando su palma al trasero del omega, provocándole un respingó al sentir un pinchazo sobre su piel expuesta. El alfa lo había reprimido con un casi inexistente golpe sobre sus glúteos.
Sin más, se volvió a inclinar, quitando de su camisa, dejando a la vista su pecho ya bastante sudado.—Cuida de tu vocabulario, Harold.

Las gotas cristalinas descendían con vigor desde su cuello hasta terminar en su pantalón, claras, tan delicadas, pero no lo suficiente para no ser notorias sobre su caramelizada piel, lo hace jadear y echar un poco de su cabeza hacía atrás, pasando sus dedos por su mojado cabello, haciendo un peinado bastante pulcro.

Mientras qué Harry siente la saliva estacándose sobre su boca, así qué entre la sensatez ya no posee, toma el atrevimiento de tocarlo, olvidando por completo la forma en qué el alfa lo había llamado. En cuando sintió la calidez y la humedad de su piel, suspiro, acercándose más, pasando sus manos por todo el pecho del alfa, logrando sentir los desenfrenados latidos golpeando de su pecho con ímpetu. Lo miro, de arriba abajo, casi perdido, anonado por la perfecta estructura qué presenciaba, la sola imagen es fuerte, tanto que poder tiene sobre él, al grado de que siente el ardor en cada parte de su ya débil anatomía.

Con Harry aún esta embelesado por el torso desnudo de su alfa, este se quitó con rapidez, una habilidad digna de delirar, de su cinto, el cuál dejo caer en el suelo. 

El sólo ruido del cinto con su pantalón, para después siendo colisionado con el suelo, lo hace gritar, de imaginar ese peculiar sonido sobre su piel, el omega se permite divagar, al borde de gritar por imaginar el cinto sobre su piel, dejándole marcas, provocando ruidos obscenos, gime, por el ardor qué tendría su piel si Louis le hiciera aquello.

Después hablaría con Louis, sobre aquello, después, con más tiempo, calma, y sensatez. No le vendría mal algo de razonamiento lógico, para llevar a cargo la charla.

Con el adormecimiento por el vacío qué le causa no tener los delgados dedos de alfa, quién sonríe. Delira, se permite delirar unos segundos, a causa de qué Louis lo sostiene con una habilidad sorprendente, lo acaricia, lo besa, todo mientras lo sostiene en sus brazos y lo pega a su pecho, siempre tomando de sus mejillas, llamando su atención, buscando su aprobación antes de cualquier acción. Siempre buscando su consentimiento.

Sin más, bajo de su pantalón, al mismo tiempo que su ropa interior, dejando ver una muy notoria erección qué sentía palpitar, al borde de estallar. En cuestión de segundos alineo su miembro en la entrada del omega. Quien, abrió  sus ojos a la par de su boca, con la calidez pincelando sus dulces y ya no pálidas mejillas.

Vino EscarlataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora