Lo miró como si fuera algo que no se debería mirar.
Intangible lo describiría. Hasta algo abstracto.
El cuerpo debajo suyo era una obra de arte, y no debía tocar, no si no quería romper el aura acendrada que lo envolvía.
Pero de todas formas lo hizo, rompió ese halo de pureza.
Y se sintió paradisíaco cuando sus manos tomaron la pequeña cintura acariciando la tersa piel que parecía deshacerse bajo su tacto. Lo sentía temblar, ¿por qué era? Quizá la situación, quizá el deseo, quizá la culpa, o se trataba de un cúmulo de todas esas sensaciones que se filtraban a través de los poros de su organismo, un tipo de esencia prohibida que liberaba el joven. Quizá era el roce de sus dedos sobre la textura de la dermis, admirando lo excelso que se veía debajo suyo retorciéndose de placer.
Olía tan bien.
Lo confirmó cuando hundió su rostro en el cuello deleitándose con el aroma frutal detrás de su oreja. El perfume que él le había regalado hacía dos navidades, y el chico tenía la audacia de ponérselo cada vez que se veían. Atrevido y perspicaz, porque el joven sabe que ese detalle vuelve demente al hombre encima suyo. Apenas sus labios se posaron sobre el hueso sobresaliente de la clavícula delineando con la lengua patrones indescifrables sobre la delgada piel, lo sintió estremecerse.
Un gemido.
Un maldito gemido brotando de esos carnosos labios, las dos begonias escarlatas hinchadas, que transforman esa voz tan en un sonido tan obsceno y eso era suficiente para volverlo loco. No se contuvo de besar aquellos bonitos belfos, que pronunciaban su nombre como si se tratara de su mantra.
Llamándolo. Reclamando. Rogándole.
Besarlo se sentía tan bien y tan mal al mismo tiempo.
Todo lo que hacían se sentía tan bien y tan mal al mismo tiempo.
La pérdida de aire lo obliga a separarse para aspirar profundamente, queriendo recuperar la cordura y ello lo llevó a relajarse, hundiéndose más en el chico.
"Taehyung" el otro gimió.
Si, por favor. Di mi nombre, dilo hasta que el mundo entero se de cuenta de quién te tiene, quién te toca, quién te besa con esa efervescencia. Ayer, ahora, mañana. Que el mundo entero sepa de quién eres.
Taehyung no podía estar más ensimismado con la exquisita sensación de tener aquel joven bajo su poder implorando el orgasmo que se le estaba privando. El mayor movió ligeramente las caderas generando una pequeña fricción que recorrió todo el cuerpo ajeno en forma de descarga eléctrica.
"¿Qué pasa, Jungkookie?" Taehyung musitó con el barítono haciendo presencia en su tono de voz.
Tomó las manos ajenas que envolvían su cuello y las pegó al colchón, una a cada lado de la cabeza del chico debajo suyo, entrelazando los dedos entre sí.
Dios, era hermoso.
Con los ojos entrecerrados de placer, las mejillas rosadas de lujuria y los labios brillosos de saliva, suya y de él, rastros del grotesco beso dado; Jungkook encontró la voz que buscaba.
"Hyung"
Una palabra, una forma de llamar.
Taehyung oscureció los rasgos de su rostro cuando escuchó ese honorífico salir de sus labios. No le gustaba que le dijera hyung, porque le recordaba siempre en qué posición estaban, quién realmente era para él y cómo deberían de tratarse.
Y claramente, lo que hacían, no lo hacían las personas que se llamaban el uno al otro 'hyung'.
Cómo castigo, Taehyung dejó caer su palma abierta sobre el muslo.
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DEAR JOHN | taekook
FanfictionTaehyung, un docente universitario se involucra demasiado con su alumno, Jungkook. El verdadero problema es que ellos comparten un lazo mucho más profundo del que deberían. "Jungkook" y aquel nombre se vuelve carne bajo las palmas de sus manos. "¿Có...