—고문을 당하다—
Sostiene la taza de té humeante entre sus dedos, pero el calor no llega a su piel, el aroma de las hierbas no toca su nariz, su boca no siente el sabor del azúcar y su vista difusa se concentra en un punto en la televisión apagada frente suyo.
No habla, no se mueve, no piensa, no siente.
Es una tortura.
"¿Quieres...?" Es Kyungsoo el que habla, es suave y comprensivo, así suena. "¿Quieres contarme?"
Aquello despierta a Jungkook y éste lo mira.
Aún sigue con la mente un tanto desconectada de la realidad, pero se esfuerza para respirar profundamente y dejar salir el aire con lentitud, un suspiro purificador. Se lame los labios, los muerde un poco, luego los separa y habla, cuenta.
"Taehyung... Taehyung hyung..." duele hablar de él. "Y yo..."
No puede hablar, la lengua se le atora y la garganta se le cierra cuando el aire gélido entra por su boca. Toma el té, incluso si encuentra insulso el sabor, logra cierta calidez. Ambos sentados en el sofá, Jungkook había accedido a hablar con su padre del lío en que estaba metido.
Kyungsoo permanece en silencio los segundos que cree necesario hasta que su hijo se recupere, lo ve tomar aire, juntar coraje y parece ser que acomoda sus palabras en su mente.
"Todo empezó antes de mi cumpleaños" confiesa en voz baja, como si estuviera susurrando un secreto. "Cuando me ayudaba con el examen de matemáticas..."
Su padre suspira.
"¿Y todo se dio de forma natural? ¿Fue espontáneo o...?"
La pregunta no parece tener malas intenciones por detrás y aunque Jungkook lo mira con las cejas fruncidas, es capaz de comprender que es una pregunta coherente con el tipo de relación que tenían y teniendo en cuenta el contexto que los envuelve.
"Yo empecé, lo besé primero" baja la mirada, avergonzado. "A mí me gustaba, pero no pensé que él me seguiría el juego"
Observa su reflejo desdibujado en la infusión de tonalidades verdosas, puede ver poco, pero tampoco es necesario. Se ve a simple vista su desdicha, trazada en los pliegues de su rostros y siendo la acumulación de penurias lo que hincha la piel debajo de sus ojos.
Kyungsoo, cauteloso porque ve la manera en la que el labio de Jungkook se frunce hacia afuera, vuelve a hablar.
"¿Era un juego?"
Oh, joder.
Qué pregunta.
Qué respuesta complicada de dar, qué explicaciones imposibles de conjeturar, una difícil tarea de confeccionar una perfecta e impecable red que conecte los puntos y diera a entender el por qué de las cosas que pasaron entre ellos.
No era un juego, para Jungkook nunca lo fue.
Si tuviera que describir en palabras precisas lo que Taehyung significa para él, no tendría vida suficiente para decirlas. Su corazón se marchita lentamente ante la posibilidad que aquella fresca escapada del mundo apretujado y sucio en el que vivía, un pequeño secreto que lo volvía magnánimo y llenaba cada recobeco de su cuerpo potenciando su espíritu y metamorfizando su alma en algo tangible y es capaz de sentirla más allá de la inconsciencia de saber que existe; quizá ya no vuelva a su vida.
Para Jungkook fue una razón para vivir.
Y es irónico que ahora mismo sea lo que lo está matando.
Porque no saber qué significa para Taehyung, torturarse por ello y no tener certeza de sus actuales sentimientos es similar a tener una soga atada a su cuello o mil palabras atoradas entre sus dedos. Es una invitación a dejarse matar por el suplicio de lo desconocido.
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DEAR JOHN | taekook
FanfictionTaehyung, un docente universitario se involucra demasiado con su alumno, Jungkook. El verdadero problema es que ellos comparten un lazo mucho más profundo del que deberían. "Jungkook" y aquel nombre se vuelve carne bajo las palmas de sus manos. "¿Có...