DEAR JOHN | taekook

29: kid

😬

—어린이—

Jungkook sonríe esa mañana, lo hace sin ser consciente.

Y le parece atractiva esa falta de conciencia, no sobrepensar situaciones que no existen ni torturarse con escenarios que aún no han pasado.

Ser un ignorante en su más bello esplendor.

Se encuentra más feliz que nunca, porque el humano es feliz en la ignorancia.

Esta se delata con el buen humor con el que se ha despertado, la canción que tararea mientras se hace el desayuno, como no se queja cuando su madre le pide sacar la basura y al limpiar su habitación con esmero.

Deja todo ordenado y se cuelga el bolso del gimnasio al hombro. Baja las escaleras y cuando camina hacia la puerta, una voz lo detiene.

"¿Jungkook-ah?" Es Kyungsoo quien aparece desde la cocina con un delantal y guantes de látex en las manos. "Hola, hijo"

"Hola, papá"

Jungkook se ve radiante y eso a Kyungsoo lo tranquiliza.

"¿Vas al gimnasio?" El muchacho asiente. "Cuídate, ¿sí?"

"Sí, pá" susurra con cariño. "Pá, ¿tienes algo que hacer hoy a la noche?"

Kyungsoo frunce el ceño mientras se quita los guantes mojados, con cuidado de no manchar los sillones del living cuando los deja en el respaldo.

"No creo. ¿Por qué?"

"¿Puedes llevarme a un lugar? ¿Por favor?" Jungkook vuelve a ser ese niño encantador, sonriendo con ternura y entrelazando sus manos, que quieren que le cumplan su capricho.

"¿Vas a salir?"

"Sí, pero prometo volver en la madrugada. No mañana como hice el otro día y voy a avisarles dónde estoy a cada minuto" pone sus irresistibles ojos de cachorro. "Por favor..."

Su padre sonríe.

"Está bien. Sólo si te cuidas. ¿Con quién sales?"

El joven sonríe porque, oh, cómo le gustaría decir con quién iría.

"Saldré con un amigo, nada especial"

Kyungsoo alza las cejas, tal vez leyendo entre líneas que ese amigo especial, no es un amigo especial.

Pero en vez de perturbarlo con preguntas incómodas, se limita a asentir con la cabeza mientras presiona los labios.

"De acuerdo, yo te llevo" le dice.

Jungkook casi que brinca cuando se acerca al hombre y lo abraza, sintiendo la protección y el cariño que esa persona, completamente ajena en cuestiones de sangre, le da.

"Gracias, papá" se separa y se aleja hacia la puerta, la abre, pero antes de irse, voltea de nuevo hacia el hombre. "Te quiero"

Aquello logra derretir el débil corazón de Kyungsoo.

"Yo también" le responde tocándose el pecho, donde su corazón late.

A pesar de que a quien tiene enfrente es un hombre de veinte años, Kyungsoo aún ve a un niño de siete años, pequeño y delgado, mirándolo con extrañeza con sus grandes ojos cafés.