Charla en la Cantina

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Me encontraba en una calle que se me hacía familiar como la que da para llegar a mi casa, nublado con un cielo gris, mi vista estaba en la acera  que avanzaban, de pronto estaba lloviendo. ¿Por qué camino en medio de la lluvia? Mi cabello estaba pegado en a mi cara, pero no sentía el agua deslizarse aunque lo hacía.

- ¡Mia...! -

- ¿Quién me está hablando? -

- ¡Mia espera! -

Esa voz seguía sonando y por más que quería girar seguía avanzando, la lluvia se sentía fría y mi cabello se pegaba a la cara. De pronto algo se posaba encima de mi cabeza dándome una sombra. Mire al costado y podía ver que alguien sujetaba una sombrilla a mi lado.

- Finalmente te alcance - decía Leo a mi lado con su sombrilla cubriéndome - Mia - decía con una sonrisa y se reía gentilmente -

- ¡Mia! ¡Despierta! - sentía como alguien me zarandeaba el hombro. Abrí mis ojos alarmada y de un impulso me senté en la cama viendo a mamá al borde de la misma - Por fin despiertas - dijo con un media sonrisa y se levanto caminando a la puerta - Prepárate para la escuela, debo salir en veinte minutos para el trabajo -

Al terminar de prepararme no me dio tiempo de desayunar por lo decidí ir a la cantina del colegio a comprar algo de comer. Al llegar al colegio detuvo el auto frente a la portería del colegio.

- Nos vemos en casa Mia - dijo mamá -

- Gracias mamá, nos vemos - le di un beso en la mejilla y salí del auto -

- También te amo - sonrió desde el auto y después puso el auto en marcha -

 Camine a la cantina del colegio y pedí un café con leche con unas galletitas dulces, me senté en una mesa libre. La puerta de la cantina estaba abierta y sentí el aire entrar. Que agradable.

- ¿Segura que no tienes frío? - voltee la cabeza viendo quien estaba detrás -

- ¿Mike? -

- Hola. ¿Recién llegaste? -

- Si, todavía no desayune y vine aquí - se sentó frente a mi -

- ¿Puedo sentarme? -

- Ya lo hiciste - respondí y tomé entre mis manos mi café -

- Sabes, veo que tu relación con Leo va bien - dijo mirándome con media sonrisa -

- Si - respondí mientras revolvía mi café - ¿Y tú y Maya?

- Estamos bien, me hace feliz -

- Que yo sepa antes no cruzaban mucho la palabra -

- Si bueno... - se rasco la nuca con la mano -

- No será que.. Antes no te atrevías - dije emocionada y con una sonrisa -

- No encontraba el momento adecuado para decírselo o si ella me correspondería -

- Creo que es bueno que al final se lo digieras, ¿Cuándo fue por cierto? -

- Durante la fiesta de Leo, la llevé al patio de atrás y se lo dije -

- Muy valiente - respondí -

- Ahora vamos conociéndonos, pero yo la quiero mucho -

- Y debes, es buena chica. Y debes cuidarla, es mi amiga - le di una mirada de advertencia -

- Tranquila, la trataré bien -

Al hablar con Mike me hizo pensar que los chicos también pueden ser indecisos sobre decirle lo que sienten a la chica que les gusta, el miedo al rechazo y la emoción de pensar si serán correspondidos los sentimientos. Leo me dijo lo que sentía, pero cuanto le habrá costado decirlo y si es que no le correspondía. ¿Él habría aceptado mi rechazo? 

- Sabes, antes creía que no te gustaba la idea de enamorarte y mira donde estás ahora - dijo Mike - Veo que Leo sacó una faceta tuya -

- Creo que tenía miedo de enamorarme, y que terminara mal - respondí -

- Pero Leo se ve que es diferente ¿no?. Te trata bien y no hay nada malo entre los dos -

- Es cierto - respondí sonriendo -

- Ah también, falta poco para tu cumpleaños. ¿Sabes que hacer?

- Aún lo pienso -

- ¿Leo sabe sobre tu cumpleaños? -

- Si, me lo pregunto -

- Tendrás 18 años, deberás ver también tu licencia de conducir -

- Si, y eso que me va bien en la practica -

Mike y yo seguimos hablando de varías cosas hasta que me terminé mi café y nos fuimos caminando para el aula antes de que suene la campana. Al llegar la puerta estaba abierta y la clase ya se iba llenando con los alumnos que iban llegando, me senté en mi lugar y el trajo su silla y seguíamos conversando.

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