Me debes un favor

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Me levante con cansancio, ultimo día de la semana, pero igual no quería levantarme. Que le podía hacer, salí de la cama, fui a darme una ducha para despertarme. Al salir me vestí con el uniforme de la escuela tome mis cosas y baje a desayunar.

Llegando a la escuela decidí caminar en lugar de esperar la hora en la clase, tenia tiempo me coloque los auriculares y camine por todo el patio hasta llegar a la cancha de fútbol, me adentre y me senté recostándome por el borde de la portería, el sol iba saliendo y el cielo medio oscuro se iba aclarando. Saque el celular y vi mensajes de Maya, estaba camino al colegio.

Al dar que la hora de clases es en cinco minutos tome mis cosas y fui a las clases antes de que sea la hora. Al llegar me senté en mi lugar, guarde el celular y saque el libro en lo que llegaba la profesora. 

Mientras pasaba página del libro en un abrir y cerrar de ojos alguien agarro mi libro, levante la vista a la persona frente a mi.

- Leo - 

- ¿Te interesa el libro Mía? - dijo con una sonrisa burlona -

 - Leo, devuélveme mi libro - extendí mi mano -

- Si, toma - me extendió y cuando estuve a punto de agarrar alejo el libro de mi - No creo - dijo mientras se reía -

- Leo, dame mi libro - me levante del lugar - 

- No creo - se alejo de mi -

Me acerque a el tratando de quitarle el libro y no tuve éxito, se paso el libro de una mano a otra, ya sentía las miradas de varios de los demás compañeros que nos miraban como me estaba molestando y me tenia cansada con mis manos en su pecho lo empuje haciendo que el retrocediera hasta chocar con una de las mesas, el libro cayo al suelo, agarre y aferre el libro a mi. Vi a Leo que estaba sorprendido, no se le esperaba que reaccionaria así, pero yo tampoco.

- Perdóname - es lo único que dije y volví a mi asiento - 

Que horrible, no debí empujarlo pero ya no me dejaba alternativa y mas me estaba impacientando. Decidí ignorar a Leo en todo momento y si es necesario dejar de involucrarme con el.

Salimos Maya y yo al recreo y llevamos nuestros libros para leer en el descanso, nos sentamos en el comedor en una mesa vacía y hablamos de varios temas a parte de la historia de Maya que escribía y también de las recomendaciones de libros que nos damos cada una.

- ¿Mía, es cierto lo que contaron? - pregunto ella -

- ¿Que cosa? - pregunte -

- De que empujaste a Leo hacia las mesas - 

- (Suspire) Si es cierto - baje la cabeza cubriéndome los ojos con una mano -

- ¿Que paso? -

- Estaba leyendo y de pronto el agarro mi libro, le dije que me devolviera, pero no hizo caso y cuando ya me estaba impacientando le empuje - me toque con una mano la cabeza - Ya me disculpe, también me siento mal 

- Mía - 

- ¿Que? -

- Atrás tuyo - dijo ella -

- ¿Te sentís mal entonces? -

Voltee a ver, era Leo.

- Hola Leo - respondí mientras me levantaba con velocidad del asiento -

- ¿Nos dejas solos un rato, Maya? - dijo el sin dejar de verme -

- ¿Mía? -

- Si, esta bien. Después te veo - respondí volteando a verla -

Maya tomo sus cosas y se fue dejándonos solos, no estaba segura de esto, ya me sentía mal y por ello pensaba evadirlo.

El se sentó en el lugar de ella y me senté también se quedo en silencio por un tiempo hasta que rompí el hielo.

- Leo, perdón ya me disculpe contigo en la clase no debí -

- Me debes algo por eso - dijo el -

- ¿Que quieres? Ya me disculpe -

- Ven conmigo a la fiesta de un amigo mañana por la noche -

- No puedo, tengo planes - respondí -

- ¿Quieres que le diga a la directora que me empujaste a los escritorios? - decía seguro de sí mismo -

- Ya me disculpe contigo, no hace falta que vayas contando - 

- Puedo y voy a contar a menos que vayas conmigo a la fiesta. Tenes el día para pensar, se razonable si no quieres que cuente y olvide que paso - se levanto -

- ¿Que..Leo...? - se fue dejándome sola -

Como es que quiere chantajearme si es que el comenzó todo esto, levante mis cosas y salí al patio un rato a pensar, encendí el celular y revise si tenia algo mañana por la noche, al parecer no había nada. Le escribí a mama preguntando si podía ir mañana a la noche a la fiesta de un amigo.

 Sonó la campana de la hora de volver a clases, en el almuerzo debo hablar con Leo. Aunque creo que me va a ser incomodo sabiendo que se sienta a mi lado, bueno es el rumbo que tomo mi vida al parecer.

Al sentarme en mi lugar Leo estaba en el suyo, nada fuera de lugar, por ahora. Me senté y atendí a las explicaciones de la profesora que comenzaba a dar su clase.

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