24. la verdad

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- meredith - suspire al llegar al marco de la puerta, mi cara no era lo mejor y pasamos toda la noche hablando por teléfono o mas bien ella escuchándola llorar, apenas me había lavado el rostro el la mañana no tenía fuerzas ni ganas para seguir de pie.

- oh mi Anne - exclamó para luego abrir sus pequeños brazos y me lance a ella, quería llorar pero no podía me dolía cada lágrima, ya había botado muchas y seguir haciéndolo me sentía culpable

- ese idiota no te merece - mencionó ella luego de cerrar sus brazos sobre mi - ese tal Aleix se pierde de las maravillosa que puedes llegar hacer.

- lo se pero sus malditas palabras dolieron tanto - admití mientras lagrimas caían por mis mejillas.

- ya olvidémonos de él - pidió luego de romper nuestro abrazo - vamos a molestar enfermeros - sugirió con una sonrisa traviesa y yo asentí, a lo mejor eso me hacía sentir un poco mejor.

Luego de dejar mi bolso en su cama y ella ponerse mis zapatos nos dirigimos a la puerta, Mer está obsesionada con hacer caos por el lugar y yo ya acompañó, recuerdo una vez que había llegado un nuevo enfermero y no sabía cómo tratar a las personas o se perdía todo el tiempo, Mer y yo pasábamos noches asustando por los pasillos como dos niñas chicas hasta que se volvió loco y se fue luego de hacerse pis en los pantalones, es el recuerdo más hermoso que tengo hasta ahora, decidimos asustar a mamá Claudia ya que no le había avisado que estaba de visitas así que era un dos por uno, nos pusimos una sábana blanca sobre nuestro cuerpo y entramos sin avisar, mala idea, muy mala idea, ahí estaba sobre la mesa con su ex esposo, lo supe de enseguida no podría olvidar la calvicia que tiene, ahora entiendo su felicidad, Mer no se movió y como hacerlo si apenas podía respirar yo y ver a dos señores semi desnudos no es lo mejor, es traumante, ahora entiendo lo que las personas dicen sobre el amor los ciega a niveles como esto, ese señor no debería estar aquí y menos después de matar a su propio hijo y casi hacerlo con su esposa.

- Mer carraspeo haciendo que los dos se sobresaltaron - c-cariño has vuelto.

- sí y por lo que veo otro también - mencioné haciendo que el rodara los ojos, hazlo otra vez y quito los huevos.

- amor yo...

- no digas nada ya no me importa, Mer vámonos - le dije dándome la vuelta 

- recuerde no abrirlas tanto o terminará embarazada y luego la tirara por las escaleras - informo haciendo que yo rodara los ojos, maldita Meredith se mas prudente - buenas tardes

- lo odio, odio todo - admití mientras caminábamos - es que ahh casi la mata y ella está ahí.

- eso hace el amor - aclaro Meredith mientras movía las sábanas de un lugar a otro.

- eso no es amor es calentura con obsesión - dije y ella asintió.

- ve a ver a tu madre antes de que te vayas yo iré a bañarme raramente me siento sucia - susurro lo ultimo y empezó a caminar en el sentido contrario - tu igual deberías hacerlo - gritó ella.

- recuerda el cloro - agregue de un grito y ella rió en lo alto.

luego de negar con la cabeza me fui hasta el cuarto de mi madre, por favor no más personas desnudas aunque eso sería imposible pero todo en esta vida se puede, pense que ese señor no se volvería acercar a ella y aquí estamos, acabamos de presenciar lo imposible y eso que no he visto todo, luego de entrar a la habitación y cerrar la puerta detrás de mi la vi, estaba acostadas viendo el gran ventanal, se veía hermosa ella es hermosa al igual que yo y no solo lo dijo por que es mi madre es por que lo es, su pelo negro largo y sus ojos azules al igual que los míos para mi era la mujer perfecta, siempre sera la mujer más hermosa que he visto en mi vida, me acerque lentamente a ella y giró su cabeza lentamente haciendo que nuestros ojos se encontraran, sonreí.

Somos Dos Mentirosos ~ fanfic ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora