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Capitulo 3: 

Conversaciones. 

El desayuno lo tomó a solas en su camarote, con la ventana abierta y permitiendo que la brisa cálida soplara al interior, lo último que le había quedado era una taza de café, que bebía a pequeños tragos mientras hojeaba uno de sus cuadernos, lleno de garabatos, hojas arrancadas y párrafos cargados de los sentimientos que habían estado a flor de piel hacia unos meses, ahora que los volvía a leer no podía evitar pensar en lo perdido que por aquella época estaba, ese amor imposible lo había tenido mal, pero había sido una hermosa intensidad, tal vez sólo se aferró al sentimiento y no a la persona, eso... Sólo había querido estar sintiendo algo intensamente.

"Pasamos más tiempo enamorados del amor, que de las personas." 

Anotó en una hoja en blanco de la libreta que ahora llevaba a todos lados para el momento en que surgiera cualquier idea que no quisiera dejar escapar.

Observó el reloj, faltaban 15 minutos para la hora acordada, pero ya no podía aguardar más, se puso de pie y fue a cepillar sus dientes y arreglar su cabello, se echó un poco más de loción y tras dar un vistazo aprobatorio a su reflejo, salió por fin para ponerse en camino al lugar dónde se vería con Levi.

-Erwin.

Escucho a sus espaldas y se dio media vuelta.

-Marie, buenos días. –La saludó.- ¿Nile no está contigo?

-Él se quedó hablando con el capitán del barco, la verdad me sentí muy aburrida y excluida de su conversación.

-Comprendo, Nanaba a esta hora aún debe continuar en cama.

-¿Entonces me harías compañía tú?

Se quedó en silencio, tenía un compromiso ya acordado, pero algo dentro de él le decía que se quedara allí con Marie, de todas maneras, nunca había sido del todo bueno para decirle que no.

-Puedo quedarme sólo por 15 minutos, me veré con alguien.

-¿Con una mujer?

-No, realmente será una conversación con un nuevo conocido, pero ¿Qué más da si es hombre o mujer?

-Bueno, si te soy sincera, no me agrada que las señoritas cuchicheen sobre ti tan animadamente.

-¿Lo hacen?

-Claro que te das cuenta.

-Hay cosas que ignoro por completo.

Ella sonrió, aquél hombre era en parte tan encantador como pudiera desear, a otro nivel en todo aspecto.

-Tienes el cuello de la camisa un poco arrugado.

Estiró la mano hacia él para dar pequeños tironcitos para arreglar el desperfecto, Erwin la miró a los ojos y ella devolvió la mirada, había algo en el ambiente que lo volvía algo tenso de una manera u otra, sabia de que tensión se trataba, por lo que apenas pudo, él decidió apartarse.

-Gracias Marie, si me disculpas, tengo que cumplir con mi pendiente, con tu permiso.

//

En otro lado del barco, específicamente en la cubierta de la tercera clase, un joven pelinegro aguardaba bajo una de las pocas sombras, preguntándose si en verdad habia sido una idea sensata acceder a aquél encuentro ¿Qué quería un tipo rico y fino con alguien como él? Pero, no pudo evitar acceder, no pudo negarse, queria verlo otra vez aún y sin saber por qué.

-Levi. –Alzó la mirada y allí se encontraba el rubio, con un pequeño cuaderno, o mejor dicho, el cuaderno parecía un poco más pequeño en sus manos grandes.

-Smith. –Se acercó a él con la cabeza en alto.

-Veo que llegaste temprano.

-No tenía nada más que hacer.

-Ya veo.

-¿Qué quieres decir con ya veo? ¿Insinúas que no tengo nada mejor que hacer además de venir y perder mi tiempo aquí contigo? –Se puso rápidamente a la defensiva.

-Yo no he insinuado nada, Levi.

-Tsk... Que molesto eres.

-¿Por qué?

-Me siento irritado, te lo demuestro y tú continúas en calma.

-No he tenido hasta ahora ningún motivo para molestarme contigo, al contrario, eres hasta cierto punto una compañía que no se siente desagradable.

-¿Y tus amigos de primera clase no lo son?

-Digamos que, a ellos los conozco de toda la vida, me gustaría de pronto poder conocer a otro tipo de personas, estoy seguro que tienes mucho por contar.

Silencio fue la respuesta que recibió, Erwin no pudo evitar sonreír y decidió empezar él.

-Mi padre era profesor de historia, gracias a él heredé un gusto por conocer no sólo el mundo a mi alrededor, si no a los que había más allá de mi capacidad de conocimiento, desde temprana edad encontré un gusto por la lectura y mis primeros cuentos datan de cuando tenía 10 años.

El pelinegro lo miró de reojo, aún sin responder nada.

-¿Y tú Levi, cuál es tu historia?

-Nada lo suficiente inspirador o memorable como para querer contar, lo que ya has visto soy yo en general.

-¿Un violinista pobre?

-Llámame como quieras, da igual.

Ambos guardaron silencio, esta vez Erwin no intervino, no obstante, Levi fue el siguiente en buscar un pretexto para que la conversación siguiera.

-Oye Smith. –Pareció muy poco seguro de hablar, pero tras las anteriores palabras mencionadas, comprendió que debía seguir.- Entonces, eres escritor ¿Qué tiene de especial?

-¿Que qué tiene de especial? Eres músico, creo que comprendes que cada tipo de arte tiene algo de especial.

-La música se escucha, la pintura se mira, el té se saborea, son artes palpables, el tuyo son sólo palabras, nunca me han gustado demasiado, por eso prefiero cosas que pueda palpar con los sentidos.

-A la mayoría de personas les aterran las palabras porque son la manera más clara de decir las cosas.

-A mi no me aterra nada.

-Entonces Levi, dime con palabras, lo que no puedo ver ¿Cuál es tu historia?

El más bajo estuvo apunto de llevarle la contraria de nuevo, pero, en vez de eso, pensó en que quizás era una buena idea hacer caso a lo que ese hombre le pedía y expresar textualmente lo que era

-Nací en un burdel, mi madre era prostituta y murió cuando yo era niño porque enfermó, un hombre me acogió por un tiempo y me enseñó a ganarme la vida en las calles, pero un día también me abandonó, no tengo nada, sólo mi violín y a mis dos compañeros de viaje y siento que así está bien... No quiero a nadie más.

Erwin lo miró detenidamente, aquella manera tan cruda de expresarse... No, no era eso, Levi no hablaba con crudeza, si no que soltaba las cosas de manera literal y aquellas palabras tan duras de escuchar, no eran más que la total sinceridad de la realidad que había vivido.

-Veo que... Tenemos mucho que contarnos. 

Lover Boy // EruRi (Titanic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora