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Capítulo 2:

Cena, cigarrillo y un nuevo conocido. 

"10 de abril de 1912.

Estoy a bordo del barco desde hace unas horas, el Titanic es la maravilla del momento y yo tengo el privilegio de estar presente en su viaje inaugural, se me han cruzado por la cabeza un montón de ideas que podría exprimir de este recorrido, aunque pienso enfocarme en una sola, pues hoy he presenciado algo que me ha impulsado a ello..."

Escuchó un par de golpes en la puerta y se apresuró a cerrar el diario en dónde escribía.

-Adelante.

Se dio la vuelta esperando ver a Mike o Nanaba, por lo que se sorprendió al ver que se trataba de Nile.

-Ya es hora de la cena, se verá mal que llegues tarde.

Estaba por responder que no tenía hambre y es que, en verdad el apetito ni el ánimo le daban como para salir de su camarote y sentarse en una mesa llena de personas hablando de banalidades, pero temía que su amigo interpretara su actitud a la de estar celoso porque pronto se casaría, y aunque normalmente poco le importaba las retorcidas opiniones de Nile, llegaba un momento en el que podía verse abrumado ante tan agobiante distorsión de la realidad.

El comedor de la primera clase podía hacerse pasar por el de cualquier privilegiado restaurante, una auténtica belleza acompañada con música clásica y el suave murmullo de las conversaciones refinadas.

-Entonces, Erwin ¿Algo con lo que nos deleitarás al terminar este viaje? –Cuestionó Mike mientras cortaba un pequeño trozo de carne.- Cuando creo que por fin se te acabaron las ideas, sorpresa, nos sales con algo nuevo ¿De dónde proviene tanta imaginación?

-Ni yo lo sé a ciencia cierta, Mike, ahora mismo estoy pensando en escribir un ensayo sobre los pasajeros del barco, haciendo hincapié en el contraste entre clases sociales, somos de la idea de que los pobres son inofensivas criaturitas, ni siquiera los contemplamos como personas, sólo sabemos que existen y ya.

-Creo que no debí preguntar nada, ahora nos darán media hora de consciencia social. –Todos rieron, incluyendo a Erwin que lo hizo de buena gana, conocía perfectamente a Mike y sabía que sus comentarios sarcásticos no eran para nada mal intencionados.- Toma, te hará bien. –Le acercó un pequeño vaso con licor.

Erwin aceptó la bebida y le dio un pequeño trago.

-Pero ya hablando en serio. Erwin ¿De dónde te proviene tanta inspiración, tanta creatividad? Escribes y escribes hasta obtener los semejantes tomos que son tus novelas, yo no podría, verdaderamente. –Intervino Marie, con aquella mirada de interés que hacia flaquear a el escritor, aunque, para su sorpresa, aquella vez no le transmitió nada de peso.

-Las palabras son algo a lo que estamos tan acostumbrados, las usamos con total naturalidad y no nos percatamos del tesoro invaluable que son, es que sin palabras prácticamente el ser humano no es nada, no podríamos transmitir el sentir de nuestra consciencia, yo sólo me siento y dejo fluir las palabras que vayan viniendo a mi mente, llegan solas, no tengo que esforzarme demasiado, es una maravilla.

-Sí... Es una maravilla. –Ella sonrió y aquello pareció no alegrar para nada a Nile.

-Permíteme refutar un poco tu opinión, colocándote los pies en la tierra Erwin, desde luego que las palabras son algo importante, algo necesario, pero yo más bien creo que todo lo que se esconde detrás de tus novelas es mera suerte. –Intervino secamente el prometido de la joven mujer.

Lover Boy // EruRi (Titanic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora