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Capitulo 25:

Un breve instante de entusiasmo y felicidad.

El escándalo y bullicio que las acciones de Levi y Erwin habían generado al decidir saltar del bote salvavidas de vuelta al barco había sido el primer detonante para infundir el pánico por fin entre los pasajeros de primera clase, los cuales hasta hace unos momentos se habían mostrado tan serenos y escépticos.

Pero aquél no era el único motivo de la repentina histeria colectiva, si no que el rumor de haber visualizado a un hombre armado entre los pasajeros se corrió tan rápido cómo fuera posible, por fin era un hecho: Nadie quería quedarse a bordo del Titanic.

-Erwin ¿Te das cuenta de lo mal que esto luce? Han bajado más de 7 botes y en ninguno ha ido ni una sola persona de tercera clase ¡Y encima muchos de ellos casi vacíos! ¿Cómo es posible que no estén enterados de que el puto barco se está hundiendo?

-La respuesta es más sencilla de lo que crees, Levi.

Fue entonces que el pelinegro recordó las palabras de aquél agitado miembro de la tripulación.

-Los tienen retenidos. -Afirmó Levi sintiendo náuseas.- Amontonados cuál si fueran ratas a las que tienen enjauladas.

Estaba a punto de echarse a correr rumbo a la cubierta de tercera clase, no obstante el agarre firme de Erwin en su hombro lo hizo volver a poner los pies sobre la tierra.

-Mantente a raya con los impulsos. -Le previno Erwin.- No podemos ir por delante cómo si nada, si las cosas son cómo dices que son, entonces debe haber una estricta vigilancia y aunque no fuera tan estricta o numerosa, ellos portan armas, tú y yo no podríamos hacer nada.

-Nile... -De repente recordó Levi con ansiedad.- Él estaba armado.

-¿Cómo dices? ¿Nile llevaba una pistola?

Levi asintió sintiendo el sudor resbalarle por el cuello pese al gélido clima.

-Me amenazó con un revólver.

Erwin se llevó una mano al rostro y exhaló con pesadez.

-Menos mal Marie ya no está a bordo.

-Pero tú sí, Erwin ¿No te das cuenta?

-¿No me doy cuenta de qué?

-Tsk... Aún y con los millones en el banco, la ropa de marca y el título de abogado, ese típo continúa siendo un hombre cómo tantos vagos asquerosos que he tenido la desgracia de conocer a lo largo de mi vida. Tienen hinchado el pecho de orgullo y hombría ¿Qué más dá que una mujer los traicione? Si para ellos todas son iguales, o santas e insípidas o perras mal agradecidas, esas cosas sólo confirman sus teorías acerca del comportamiento femenino, en cambio lo que quieren es vengarse del hombre que se haya atrevido a mirar lo que ellos consideraban marcado cómo propio. El orgullo de Nile está herido y estoy casi seguro que disfrutará más vaciando ese cargador de plomo en tí en lugar de Marie.

Erwin se quedó perplejo ante toda la verdad que las palabras de Levi emanaban y al mismo tiempo un escalofrío lo recorrió al caer en cuenta y ser consciente de que en ese barco había alguien que no solo deseaba verlo muerto, si no que además estaba dispuesto a hacer el trabajo sucio por cuenta propia.

Smith rio con amargura.

-¿Qué es gracioso? -Interrogó Levi irritado.

-Nada, es sólo que... Lo que dijiste, sobre la hombría y la perspectiva de los hombres entorno a la infidelidad me ha parecido en realidad interesante ¿Crees que podrías prestarme algo de tu opinión para una novela? ¿O quizás un ensayo?

Levi lo miró estupefacto y sin saber qué decir ¿A caso estaba de broma? ¡Que cabrón! Un día de aquellos ese hombre lo iba a matar de un enojo, de verdad.

Erwin Smith tenía mil y una formas de tomarlo por sorpresa, aún y en aquellas circunstancias tan críticas, él estaba pensando en alguna próxima novela, eso era, había un toque bobalicon e infantil en Erwin, quizás mejor dicho cínico e igualado, que le hacía recordar que la vida era tan ridículamente cruel e injusta, que no podía pasársela tomándola tan en serio siempre.

Levi sonrió para Erwin.

-Toma lo que quieras de ese estúpido discurso, espera a oír a Furlan ebrio, ni los más intelectuales y diplomáticos de tu clase te van a lanzar un discurso u opinión cómo él.

Erwin soltó una carcajada.

-Pues muy bien Levi, vayamos por tus amigos, creo tener una muy buena forma para colarnos hasta la cubierta en dónde se encuentran.

Sin más tiempo que perder, se escabulleron lejos de los pasajeros, atravesando hasta las secciones que en teoría sólo tripulación debía tocar.

-Hay una manera de cruzar hasta dónde se encuentran Furlan e Isabel. -Le explicó Erwin mientras avanzaban por cuartos de servicio, lavanderías y de más espacios perfectamente escondidos al ojo público.

Erwin había sido lo suficientemente descarado para tomar de la cocina unos brownies achocolatados e irlos comiendo a grandes mordidas.

-¿Quieres? -Ofreció a Levi quién apartó el rostro asqueado.

-Tsk ¿Cómo puedes comer chocolate en una situación así?

Y cuando Erwin abrió la última puerta, la cuál conducía escaleras abajo por un largo pasillo cuyas luces parpadeantes eran reflejadas por la turbulenta corriente de agua que cubría el suelo Levi tragó saliva y arrebató el último brownie de chocolate a Erwin para proceder a comerselo de un bocado.

Aquél recorrido no iba a ser para nada encantador.

Una amiga mía recomendó mi fanfic en tiktok, estoy un poco nerviosa por el alcance que tuvo su vídeo jeje, pues nada, mil gracias a quienes vienen de allí y han decidido darle una oportunidad a mi historia y mi eterna gratitud a quienes están aquí desde el comienzo. <3

Lover Boy // EruRi (Titanic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora