Capítulo 6:
Imaginación y realidad.
Los rayos del sol eran resplandecientes durante aquella mañana, un hecho magnífico, excepto para aquél hombre que se removía en la cama lidiando con las consecuencias de la resaca.
-Erwin. –Escuchó a sus espaldas.- Erwin ¿Estás bien?
Abrió los ojos con pesar, Nanaba lo observaba junto a una de sus sirvientas con expresión reprobatoria.
-Déjame seguir durmiendo. –Pidió con molestia, aunque sabía que a esas alturas ya no podría seguir haciéndolo, demasiada luz, demasiado ruido.
-¿En dónde te metiste anoche?
-Nanaba, soy un hombre de 34 años con una carrera exitosa y un historial impecable, merezco embriagarme una vez al mes por lo menos.
-Pues yo diría que esta es la tercera.
-¿Me estás llamando alcohólico?
-Alcohólico en potencia. –Quitó de las manos a la doncella la bandeja que llevaba para luego acercarla al regazo de Erwin.- Debiste ver que escándalo se hizo anoche.
-¿Me despertaste para contarme un chisme? Pídele un hijo a Mike ya. –Refunfuñó dándole un trago al jugo de naranja, estaba frío, que bien le caía.
-Cállate y escúchame, tú no llegaste a cenar, ese no es el problema, sino que Marie tardó en llegar a hacerlo y ya te imaginarás lo furioso que Nile estaba.
-¿Pretende acaso que me escapé un rato con ella?
-¿No lo hiciste? –La rubia alzó una ceja.
-¡Por supuesto que no! Estaba bebiendo alcohol corriente en tercera clase, no metiéndome con la prometida de mi amigo de la infancia.
-Tal vez deberías ir con Nile entonces y aclarar dicho punto.
Erwin exhaló irritado ¿Por qué debía intervenir en algo que ni siquiera le concernía a él? No quería aclarar nada, pero tampoco deseaba un mal mayor a Marie si no se esclarecía todo.
-Lo haré, pero será más tarde. Acordé de verme con alguien y a juzgar por la hora ya voy tarde.
-¿Te estás viendo con alguien de tercera clase?
-Es muy interesante, creo que de él me pueden surgir muchas ideas.
Aún y con la pesadez que sentía en el cuerpo, se levantó con entusiasmo para darse un baño y poder acudir a su encuentro con Levi, Levi...
Nanaba se despidió y dejó a Erwin sólo en la privacidad de su camarote.
Dentro de la ducha se quedó en silencio mirando fijamente a la pared, mientras sentía las gotas de agua deslizarse por su espalda los flashbacks de la noche anterior se repetían en su cabeza, aunque uno en específico le envolvía la mente.
Todavía podía recordar cómo fue tocar los labios de Levi con los suyos, su cuerpo tan pequeño pegado contra el suyo, la manera en que él deseoso se retorcía...
Soltó un suspiro y cerró los ojos llevando una de sus manos a su erecto pene, mientras que la otra la colocaba en la pared enfrente suyo, dio un suave apretón pensando en aquél muchacho y visualizó su rostro, quizás enrojecido, con los ojos apretados y gimiendo mientras él lo hacia saltar encima suyo dándole fuertes embestidas.
Retrocedió unos pasos y recargó su espalda en la pared, sintiéndola fría lo cual sólo intensificó el momento, al mismo tiempo su mano subía y bajaba por su miembro, apretó un poco más ¿Cómo se sentiría penetrarlo? ¿Cómo sonaría su voz gimiendo su nombre?
Hizo la cabeza hacia atrás mientras aumentaba la velocidad con la que se masturbaba.
-Levi...- Susurraba con voz ronca.- Levi...- En su cabeza lo ponía contra la cama y lo hacia suplicar por más, apretando las sabanas, mas y más fuerte diciéndole que no soportaba tanto, que estaba a punto de llorar del placer y de pronto, terminar, sentir el caliente liquido dentro del pelinegro.
Jadeó y abrió los ojos volviendo a la realidad, mirando cómo el semen escurría en su mano y se mezclaba con el agua.
Se había masturbado pensando en un hombre... Y fue lo más satisfactorio que había sentido en toda su vida.
La noche anterior, de no haber sido casi descubiertos ¿Hubieran terminado cómo Erwin se imaginaba?
Controló su sentir y minutos más tarde se dirigió al lugar acordado.
//
Levi estaba sentado en una banca, se removía con impaciencia mientras aguardaba y apretaba la chaqueta que llevaba en sus manos, estaba a punto de encender un cigarrillo para calmar la ansiedad cuando lo vio llegar.
Nuevamente bien vestido y con un pequeño cuaderno en mano.
-Tardaste. –Fue lo primero que le dijo al recibirlo.
-Lo lamento, la resaca quiso llegar.
Erwin se sentó a su lado y ofreció a Levi un caramelo, este sólo lo tomó y se lo metió al bolsillo de los pantalones.
-¿Dormiste bien, Levi?
-Sí, lo hice ¿Y tú?
-No podía. –Mintió.- Me quedé pensando en lo que ocurrió.
La realidad era que apenas tocó la cama se había quedado profundamente dormido, pero era mejor aquella excusa para tocar el tema en lugar de contarle lo que hizo en el baño.
-¿Qué ocurrió? –Levi lo miró amenazante, aunque detrás de esa pinta se encontraba la del pánico y auto defensa.- Te estabas cayendo de borracho y te acompañé al pasillo para que te largaras a dormir.
-No tienes que mentir.
-Ni tú tienes que tocar el tema otra vez ¿Está bien Smith? A mí me gustan las mujeres, soy normal, no hay nada extraño en mí.
El más bajo pareció empezar a alterarse, sus ojos permanecían muy abiertos y su expresión era casi temblorosa y es que no podía seguir hablando, pues agachó la cabeza y abrazó con fuerza la chaqueta perteneciente a Erwin, hundiendo su nariz en ella, como si de alguna manera, allí encogido, abrazando una prenda ajena, se estuviese refugiando de algo.
Erwin no entendía, no sabía qué podía hacer por él, las palabras ni siquiera le salían, habían pasado a ser inútiles. Así que con delicadeza sacó el caramelo del bolsillo de Levi, le quitó el envoltorio y sin que nadie a su alrededor viera se lo acercó a la boca, para su sorpresa, el violinista abrió ligeramente los labios y aceptó lo que le ofrecía.
Más calmado, con el dulce yendo de un lado a otro dentro de sus mejillas, miró a Erwin, a quién le conmovió ver un brillo en sus ojos grisáceos, similar al de alguien que está al borde de las lágrimas, sintió su corazón estrujarse.
-No hay nada raro en ti, Levi.
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Lover Boy // EruRi (Titanic)
FanfictionRMS Titanic dejó puerto para su viaje inaugural el 10 de abril de 1912 con destino hacia Nueva York, con un total de 2223 pasajeros de los cuales ni siquiera el 50% logró salvarse. Erwin Smith, un reconocido escritor rumbo a la mitad de sus 30's, s...