015

485 96 64
                                    

Capítulo 15:

Planes fallidos. 



La carta llegó a manos de Levi, quién la recibió con el cabello goteando de agua todavía tras haberse dado una ducha fría (realmente no había agua caliente para las regaderas de la tercera clase) un hecho un poco fastidioso, pensó Levi, pues conforme la tarde avanzaba, la temperatura amenazaba con descender cada vez más.

Antes de abrir el sobre, se dispuso a buscar alguna prenda un poco más abrigadora, la realidad era que buscaba una en específico, hurgó sus maletas, las de Furlan y hasta incluso la de Isabel, pero no encontró lo que buscaba, estaba a punto de gritar con furia a sus acompañantes que se la devolvieran, que más les valia no haberla extraviado, pero entonces ahogó el grito en su garganta cuando recordó que la chaqueta reposaba en algún rincón del camarote de Erwin, se la había retirado para poder usar en su lugar el ridículo saco.

Exhaló con pesar, un hecho insignificante, pero para su humor actual, ese pequeño detalle era el colmo.

Sin más que hacer, se tumbó en la cama y abrió la carta, el corazón le dio un vuelco, al ver semejante caligrafía más perfecta, que escrito tan impecable, en una hoja totalmente blanca y sin reglones, Smith mantenía las palabras perfectamente alineadas ¡Qué maravilla visual! Pero lo que importaba era el contenido, lo que esas palabras cuidadosamente escritas formaban. 

Levi no daba crédito a lo que leía ¿Era en serio para él esa declaración de amor? ¿Alguien podía sentir de verdad todas esas cosas por él?

Solía pensar, que el amor, el romance y todas esas cosas que pintaban la vida de un cálido color rosa no eran para él, quizás de verdad existía, pero no para todos.

La fortuna de encontrar a alguien, la dicha de ser correspondido, la plenitud de construir algo mutuo y duradero, Levi no negaba la existencia de eso, pero lo veía cómo algo tan ajeno, tan lejos de su alcance y posibilidades.

No concebía la idea de verse a sí mismo llevando flores, escribiendo cartas, jurando ante un altar no sólo no enamorarse de alguien más, esa era en verdad la parte más fácil de un matrimonio, lo difícil era lo demás, porque jurabas entrega, entrega de tu tiempo, entrega de tu cariño, de tu paciencia y compasión, jurabas interés ¡Siendo los humanos tan indiferentes! A Levi no le molestaba jurar no ser infiel, más bien dicho no se concebía a sí mismo siendo así de fiel a una mujer.

Pero respecto a Erwin se sentía diferente ¿Por qué tenía qué ser así? ¿Por qué no pudo enamorarse nunca de ninguna mujer? ¿Por qué tantas jóvenes bonitas pasaron enfrente suyo en busca de algún futuro, de una familia y él las dejó marchar? ¿Por qué no pudo ser capaz siquiera de mentirles amor? ¿Por qué el primer atisbo de romance que por fin llegaba a él era un hombre? Maldito enfermo maricón, se maldijo a sí mismo.

Arrugó la carta sin poder contener las lágrimas hirvientes de rabia y frustración, quería gritar, quería golpear, quería patalear cuál niño que no sabía controlar sus emociones.

De todas maneras, quizás era eso, un mocoso incapaz de controlar lo que sentía.

Apretó la arrugada hoja contra su pecho y se giró a mirar la pared, intentando controlar su respiración y las punzadas en la cabeza debido al esfuerzo que hacía para no romper en llanto.

Ni siquiera se dio cuenta en qué momento se quedó dormido por semejante agotamiento que su mente cargaba. 


Lover Boy // EruRi (Titanic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora