Secuestro de Media Noche

Capitulo 28: Fernando

Era la quinta vez que llamaba a la casa de Lya para ver si se encontraba bien y si podría acompañarlos ese día, pero no podía comunicarse con ella. No quería parecer extraño, aunque eso de seguro ya lo había logrado después de la tercera llamada pues realmente no tenia otro motivo por el que llamar. Lo confundió el hecho que Lya hubiera desaparecido de un instante a otro, le parecía que todo está bien entre ellos, pero eso era la prueba que estaba equivocado; el sabia muy bien que Lya era tímida y no muy sociable pero con el tiempo que llevaban de conocerse estaba seguro de reconocer cuando algo no andaba bien con ella.

Estaba casi seguro que se trataba del grupo de periodismo y su falta de interés en el caso, el mismo había apoyado la idea de dejar el caso pero conocía a Lya y sabia que no era el fin para ella y eso le preocupaba; reconoció que el nunca estuvo muy entusiasmado por el proyecto no le interesaban los crímenes y no le apasionaba el periodismo, de echo lo había elegido solo como una excusa para tener mas tiempo libre y escaparse de las clases privadas de mandarín que sus padres le obligaban a tomar. Pero Lya cambio su panorama, ella fue la razón de que disfrutara tanto del club y ha sido ella la que lo había echo hacer cosas que el nunca se imaginó. Estaba dispuesto a ayudarla en lo que quisiera, pero tampoco quería arriesgarse a perderla si iban muy lejos con ese asunto del crimen.

Durante toda la mañana estuvo resistiendo el impulso de ir en busca de ella, seria demasiado hasta para él, así que simplemente decidió darse por vencido quizá ella no lo quería, al menos no como algo mas que un amigo; era tiempo de alejarse.

― ¿Fernando puedo pasar? ―pregunto su madre del otro lado de la puerta.

― Si, mamá

― Pensé que saldrías con tus amigos ―menciona mientras se acerca a la ventana junto a él―. He notado que has estado un poco inquieto estos días, no se que fue lo que te dijeron en la comisaria, pero todo estará bien.

― No es eso, es que estoy un poco confundido por todo esto que esta pasando, es muy loco.

― Lo se cariño, no me imagino lo duro que es haber perdido a tu mejor amigo de esa manera ―dice poniendo su mano en su hombro como un gesto tranquilizador.

Alex...hasta ese momento pensó que ya lo había superado, pero la imagen vivida regreso a su mente y era claro que la herida seguía fresca; su cabeza era un torbellino de emociones y fue mas de lo que pudo soportar, unas pequeñas lagrimas salieron de sus ojos fuera de su control y el nudo en la garganta le impidió hablar por lo que se limito a abrazar a su madre con fuerza.

Claramente su madre no esperaba eso, pero como cualquier madre solo bastaron sus brazos para reconfortarlo. Después de un momento de silencio su madre prosiguió con voz suave.

― Lamento estar tan ausente, es solo que también ha sido difícil para mí; pero ahora me doy cuenta de que por mas duro que sea saldremos adelante no importa que...te quiero, haz sido muy valiente y estoy orgullosa de ti.

Eso era todo lo que necesitaba escuchar; su madre nunca había sido muy expresiva así que esas palabras fueron todo para él.

― Gracias mamá ―fue todo lo que pudo decir.

Contrario a lo que Fernando creyó que iba a pasar su madre se quedo con el en el balcón observando el cielo, algo que los dos hacían cuando era pequeño. Fue un gesto inesperado pero que los dos necesitaban y por primera vez en mucho tiempo se sintieron conectados nuevamente, mientras recordaban los buenos tiempos y dejaban todos los malos recuerdos atrás.

― Bueno, creo que tienes que alistarte para ir con tus amigos ―dice mientras acaricia el rostro de su hijo y se levanta―. Salúdalos de mi parte.

― Esta bien, gracias.

― ¿Tu amiga la pelirroja va a ir? ―pregunta antes de salir.

― Am, no lo sé.

― Bueno, creo que deberías invitarla a comer algún día. Me agrada.

― A mí también ―pensó.

De hecho, no había pensado en eso, la verdad no creyó si quiera que su mamá se fijara en Lya, pero era ella siempre causaba una buena impresión aunque no lo quisiera. Ahora mas motivado que nunca y con nuevas energías decidió que ese era el siguiente paso invitar a Lya y confesarle sus sentimientos.