Capitulo 6: Anthony

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─ ¿Acaso estás loca?

─ ¿Por qué?

─No puedes hacer una noticia de ese tipo, y menos de ese evento.- me dice Karen un tanto molesta.─ Acaso no tienes sentido común, ¿no tienes sensibilidad?

─Claro que la tengo, no creas que no lo eh olvidado.─ contesto deteniéndome y viéndola fijamente.─ No pienses que todavía no tengo pesadillas; pero es por eso que creo que los demás tienen derecho a saberlo para que no vuelvan a suceder cosas así. No sé cuál sea tu pensamiento, pero es obvio que es muy diferente al mío.

Lya comienza a caminar un tanto furiosa, solo pensando en alejarse de ahí, no creía que Karen comprendiera sus pensamientos y tampoco esperaba que lo hiciera.

─ ¿Acaso estaban discutiendo?

Lya se detiene en seco y sale de sus pensamientos, para ver al mismo muchacho que hablaba con Karen en la mañana.

─ ¿Y tú que haces aquí? ¿Acaso nos espiabas?

─No claro que no.- responde con una sonrisa.─ Solo caminaba por aquí, y escuche su pequeña discusión.

─ ¿Y porque te muestras tan amigable conmigo? ¿No me odiabas hoy en la mañana?─ responde haciendo una mueca despectiva.

─No, claro que no te odio.─ responde con una risita.─ Solo que me pareció inoportuna tu llegada.

─Esa no te la creo.

─Créelo, no me gusta que me interrumpan en medio de una conversación.

─ ¿Sabes qué? me tengo que ir, no tengo tiempo para tus excusas.- dice mientras comienza a avanzar.

─Vives en la calle Sunshine en el número 8, ¿cierto?

Lya se queda petrificada, ¿cómo era que el sabia su dirección?

─ ¿Cómo sabes eso?─ pregunta sin darse la vuelta.

─Wow, nunca sales ¿verdad? Vivo al otro lado de la calle, tres casa a la derecha para ser exacto en el 16.

Lya decide marcharse sin decir palabra, aunque se sentía aterrada pero raramente atraída hacia ese chico de pelo negro y ojos claros, que parecía saber más de ella que ella misma. Camino pensando en aquel chico y pensó en que tal vez por eso le parecía conocido, porque tal vez lo había visto en alguna visita furtiva al vecindario.

Al abrir la puerta de su casa ve un pedacito de papel tirado en el suelo; esto le pareció raro pues tenían un buzón adherido a su puerta ¿Por qué habrían tirado un pedazo de papel bajo la puerta? Aunque todo esto le pareció un tanto inusual lo tomo y leyó lo que decía:

 "Calle Sunshine, Numero 8

Lya Tremblay

Hija de Mark y Jessica Tremblay"

Lya no supo cómo reaccionar ante esa información, definitivamente tuvo que ser alguien que la conocía o que la vigilaba.

─ ¿Mamá?

No recibió respuesta, lo cual le pareció extraño pero pensó en que tal vez salió a hacer algunas compras. Así que subió a su habitación y encontró otro pequeño papel en el suelo, solo que este formaba las palabras con letras de un periódico pegadas muy ordenadamente.

"Amiga de Karen

Integrante del club de Periodismo"

¿Acaso era una broma pesada? Si lo era no le parecía nada divertido; tomo el teléfono y llamo a su mamá quien no le contesto, así que llamo a Karen esperando que ella si le contestara y temiendo que estuviera enojada con ella por lo sucedido. Tras esperar un poco, colgó desesperada. Y comenzó a pensar quien podría haber hecho eso, tratando de recordar algún nombre, rostro o algo que le diera algún indicio.............

Anthony

Era él quien le había dicho su dirección sin equivocarse, él había hablado con Karen en la mañana, él las escucho discutir....... No podía ser alguien más, era él sin ninguna duda. Lya se levantó rápidamente y se dirigió sin pensarlo a la casa de Anthony. Cruzo la calle en busca del número 16 y llamo a la puerta, pero no obtuvo respuesta así que llamo otra vez pero sin ningún resultado. ¿Acaso nadie vivía aquel día? Molesta se asomó a las ventanas para encontrar alguna señal de vida o movimiento en aquella casa, pero igual sin resultado. Parecía que Anthony se la pasaba vagando todo el día.

─Ahora tú me espías a mí.─ dice Anthony detrás de ella.─ Creo que es un trato justo.

─ ¡Te crees muy chistoso verdad! ¿¡Pues sabes que!? A mí no, así que déjame solo, no sé quién y ni siquiera me importa, pero no me das buena pinta y no estoy dispuesta a soportar esto.─ Lya se encontraba casi tocando la nariz de Anthony con la suya.─ ¿Qué es esto?─ dice extendiendo su mano para mostrar las notas.

─ No sé qué sea esto.─ responde con una pequeña sonrisa y cara desconcertada.

─ No creas que soy estúpida, por qué no lo soy.

Lya decidió no esperar más explicaciones; al entrar en su casa vio a Karen recostada contra la pared, Lya contuvo un grito.

─ ¿Qué estás haciendo aquí?

─Es que vi una llamada perdida y decidí venir a ver que sucedía, además quería solucionar lo que paso.

─Si, está bien; ven conmigo rápido.─ Karen la siguió hasta su habitación algo desconcertada.─ Mira esto, encontré estas notas tiradas en mi puerta y en mi curato, no sé qué signifique pero me preocupa. Solo alguien que me conozca sabe eso, ósea solo tú y podría suponer el club de periodismo, pero parte de ellos nadie.... ¿No le dijiste nada a Anthony verdad?

─Claro que no, acaso me crees incompetente.

─Anthony se sabe mi dirección de hecho vive en el número 16.

─ ¿Quién no se sabría tu dirección viviendo a tres casas de ti?

─Lo sé pero ¿acaso me observa todo el día? El mismo me lo dijo yo nunca salgo de mi casa.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

Tres disparos se escuchan en la calle.

─ ¿Qué diablos fue eso?─ Lya y Karen intercambian miradas de terror.

Rápidamente se asoman a la ventana y en como una motocicleta escapa a toda velocidad por la calle.

─ ¡Eso fue cerca!

Lya sale corriendo hacia la casa de Anthony, no sabía por qué lo hacía simplemente actuaba por instinto. Al llegar a la casa vio un impacto de bala que había atravesado la puerta, el miedo de Lya se incrementó.

─ ¡Anthony! ─grita mientras aporrea la puerta, sin pensarlo un segundo abre la puerta y observa a Anthony tirado en suelo boca abajo y vio cómo se formaba un charco de sangre junto a él.

Rápidamente busca su teléfono y marca el número de emergencia mientras se arrodilla junto a Anthony y le toma el pulso para asegurarse que aún seguía con vida, luego lo pone de lado para facilitarle la respiración, y comienza a ejercer presión sobre su herida. Histérica mientras trata de mantenerlo con vida logra escuchar las sirenas acercándose como un rayo de esperanza. 


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Debo aclarar que la ciudad la calle y todos los sitios de esta historia son ficticios, así que todos los nombres y direcciones podrían no tener sentido pues son parte de mi imaginación. Se aceptan sugerencias. :)

Secuestro de Media NocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora